lunes, 30 de enero de 2017

Técnica XVIII: Punción Lumbar en Pediatría


Es un procedimiento invasivo cuyo objetivo es la obtención de líquido cefalorraquídeo (LCR) con fines diagnósticos y/o terapéuticos.
Indicaciones
• Sospecha de infección del SNC.
• Sospecha de hemorragia subaracnoidea.
• Otras: causas neurológicas (síndrome de Guillain-Barré, hipertensión intracraneal idiopática…), administración de medicación intratecal, etc.

lunes, 23 de enero de 2017

Técnica XVII: Canalización Intraósea en Pediatría

La cavidad medular de los huesos largos está ocupada por una extensa red de capilares sinusoides que drena en un seno venoso central, de tal manera que la punción intraósea equivale a la canalización de una vena periférica de mediano calibre.
La principal ventaja es que se consigue un acceso vascular rápido en situaciones de emergencia como el shock o parada cardiorrespiratoria, pues no se colapsa; pero se trata de un acceso vascular provisional y no debe mantenerse más allá de 12 horas.

lunes, 16 de enero de 2017

Técnica XVI: Canalización Venosa Periferia en Pediatría


Siempre que sea posible, la canalización venosa periférica constituye la vía de elección en urgencias. Actualmente los catéteres utilizados son de pequeño calibre, flexibles, resistentes a la colonización bacteriana, y poco trombogénicos.
Se trata de un procedimiento rápido y, generalmente, fácil de aprender y realizar, de bajo coste, permite un control fácil en caso de hemorragia y es seguro. En situación de parada cardiorespiratoria (PCR) interrumpe poco las maniobras de reanimación. Sin embargo, la velocidad de infusión que permiten es sólo moderada, de líquidos de baja osmolaridad, son accesos de corta duración y pueden extravasarse con facilidad produciendo lesión tisular.

lunes, 9 de enero de 2017

Atención al Trauma Pediátrico


El politrauma se define como las lesiones sufridas por un individuo por descarga de energía de mayor o menor intensidad; sea ésta cinética, térmica, radiante o de otro tipo.
Está considerada la primera causa de mortalidad en la edad pediátrica, fundamentalmente los accidentes de tráfico. Los accidentes domésticos constituyen la mayoría de los casos.
Shaken baby syndrome: se caracteriza por lesiones desencadenadas al agitar el cuello y la cabeza de un lactante.

lunes, 2 de enero de 2017

Reanimación Cardiopulmonar en Pediatría

La RCP básica instrumentalizada es aquella en la que se utilizan dispositivos de barrera o en la que se realiza ventilación con bolsa autoinflable y mascarilla facial.
Pasos de la RCP básica
Para llevar a cabo las maniobras de RCP básica podemos recordar la secuencia ABC:
1. Comprobar inconsciencia. Si el paciente está consciente, colocar en lugar seguro.
2. Si el paciente está inconsciente, abrir la vía aérea (A) mediante la maniobra frente-mentón (de elección si no existe traumatismo cervical).
En los casos de sospecha de traumatismo cervical, la apertura de la vía aérea se realizará mediante tracción mandibular o elevación/subluxación mandibulares.
3. Comprobar si el paciente respira tras abrir la vía aérea.
4. Si respira, colocar en posición de seguridad. Si no respira, iniciar ventilación (B): boca del reanimador a boca y nariz del lactante o boca a boca en el niño.
Se deben efectuar 5 insuflaciones de rescate (debiendo ser efectivas un mínimo de 2), durante las cuales debe observarse el ascenso y descenso del tórax. El reanimador debe coger aire antes de cada nueva insuflación para mejorar el contenido de oxígeno del aire espirado.
5. Comprobar signos de circulación y/o pulso arterial central (C): signos vitales (respiraciones, tos o movimientos) y/o la palpación del pulso arterial central (braquial en lactantes y carotídeo en niños).
– Si hay signos de circulación, se debe continuar ventilando a una frecuencia de 12 a 20 respiraciones por minuto hasta que el niño respire por sí mismo con eficacia.
– Si no hay signos de circulación, no hay pulso arterial central o la frecuencia cardíaca es menor de 60 lpm y se acompaña de pérdida de conciencia, ausencia de respiración y mala perfusión periférica, se debe efectuar masaje cardíaco: con dos dedos, o abrazando el tórax en lactantes y con el talón de la mano en niños. La frecuencia del masaje será de 100 compresiones por minuto.
6. Sincronización de la ventilación y masaje. El personal sanitario utilizará una relación de 15 compresiones cardíacas/2 ventilaciones.
Cuando sólo hay un reanimador, se puede utilizar la relación 30 /2 para evitar la fatiga.