viernes, 24 de junio de 2016

Técnica XV: Lavado ocular y Aplicación de Medicamentos Vía oftálmica

Lavado Ocular
Procedimiento por medio del que se realiza una irrigación o lavado de la superficie ocular mediante la instilación de líquido con el fin de realizar un barrido de un objeto o cuerpo extraño que se encuentre ubicado en la superficie corneo-escleral.
Objetivo
Mantener limpios los ojos, eliminando secreciones oculares.
Evitar infecciones y erosiones corneales.
Proporcionar bienestar.

Material
Suero fisiológico en ampollas de plástico.
Gasas.
Batea.
Guantes desechables.
Metodología de actuación
Identificaremos al paciente al cual realizar el tratamiento
Informarle sobre el procedimiento a realizar.
Solicitaremos su colaboración siempre que sea posible.
Preservaremos la intimidad del paciente.
Nos lavaremos las manos.
Nos colocaremos los guantes de un solo uso.
Situaremos al paciente con la cabeza inclinada hacia el ojo a lavar.
Irrigaremos los párpados y limpiaremos con una torunda de gasa.
Con la ampolla de plástico de suero fisiológico destilar gota a gota o a chorro suave en el ojo.
Con el ojo cerrado, limpiaremos suavemente del ángulo interno al externo, de una sola pasada y utilizando una gasa cada vez y para cada ojo.
Secaremos con una gasa la zona.
Procederemos de igual manera para la limpieza del otro ojo.
Retiraremos el material utilizado.
Nos quitaremos los guantes.
Nos lavaremos las manos.
Observaciones
En pacientes con autonomía, fomentar el autocuidado. Enseñar al paciente la forma de realizar el lavado de los ojos así como la frecuencia con que debe hacerlo.
Si presenta lesiones oculares (erosiones en párpados, etc.) las anotaremos en el documento de observaciones de enfermería y lo comunicaremos al médico.
Si presenta secreciones, observaremos el aspecto y la cantidad de estas.
Comprobaremos si se ha mandado muestra a Bacteriología con anterioridad y la fecha de envío.
Retiraremos las lentes de contacto si las tuviese.
Si procede tomaremos exudado, realizándolo según técnica y antes de lavar el ojo.
En caso de presentar exudado, lavar cada 2-3H o cuando sea preciso y comunicaremos al médico.
En caso de enfermos en coma o inconscientes retirar lentes de contacto si las tuviese y mantener los ojos húmedos con:
Gasas humedecidas con suero fisiológico.
Colirio o pomada (según indicación médica y según técnica).
En caso de cuerpo extraño, aconsejaremos al paciente que no se frote el ojo.


Aplicación de Medicamentos vía oftálmica

Introducción
Las formas farmacéuticas oftálmicas son productos preparados mediante métodos que aseguran su esterilidad, lo cual evita tanto la introducción de contaminantes como el crecimiento de microorganismos en el interior del envase. Por ello es conveniente respetar de forma muy estricta las normas de conservación y caducidad establecidas por el fabricante. Existen tres tipos de formas farmacéuticas oftálmicas:
Pomadas oftálmicas: Son preparaciones semisólidas destinadas a su aplicación sobre la conjuntiva.
Colirios: Son soluciones o suspensiones acuosas u oleosas destinadas a la instilación ocular. Con respecto a los colirios es conveniente señalar que:
Su periodo de caducidad una vez abiertos es de un mes.
Cada gota de colirio posee un volumen de 25-50 microlitros mientras que, dependiendo del parpadeo, el volumen que puede retener el ojo es de 10 microlitros. Por lo tanto, la instilación de dosis de más de una gota en cada ojo es de dudosa eficacia. De hecho, cuando se prescribe más de una gota, es cuando se quiere asegurar una correcta administración (alteración de la destreza motora, ancianos, discapacitados, etc.).
Cuando el tratamiento es múltiple, con diferentes colirios, la administración de cada uno de ellos debe realizarse al menos con un intervalo de 5 minutos.
Baños oculares: Son soluciones acuosas destinadas a ser instiladas o aplicadas en el ojo, habitualmente para el lavado ocular.
Preparación del material
Antes de realizar cualquier procedimiento hay que tener preparado el material que se va a emplear, que en este caso consta de:
Medicamento.
Gasas estériles.
Guantes.
Batea.
Suero fisiológico.
Procedimiento
Pasos de para administrar la medicación por vía oftálmica
Nos lavaremos las manos y nos pondremos los guantes.
Le explicaremos al paciente el procedimiento que vamos a realizar.
Colocaremos al paciente sentado o en decúbito supino, con el cuello en leve hiperextensión. De esta manera, además de acceder fácilmente al ojo, se reduce el drenaje del medicamento a través del conducto lacrimal.
Si hay costras o secreciones en los anejos oculares, las limpiaremos suavemente con una gasa impregnada en suero fisiológico. Limpiaremos siempre desde el canto interno al canto externo del ojo, para no introducir microorganismos en el conducto lacrimal. Utilizando una gasa nueva para cada pasada.
Abriremos el recipiente que contiene el medicamento y dejaremos la tapa boca arriba, para evitar la contaminación de los bordes.
Cogeremos una gasa limpia y la colocaremos sobre el pómulo del paciente (si parte del medicamento se rebosa, lo absorberemos con la gasa).
Con el dedo índice de la mano no dominante apoyado en la gasa presionaremos suavemente hacia abajo, de tal manera que quede expuesto el saco conjuntival (la retracción contra el pómulo previene la presión y el traumatismo del globo ocular e impide que los dedos toquen el ojo).
Le pediremos al paciente que mire hacia arriba (con ello se reduce el parpadeo).

Instilaremos las gotas oftálmicas:
Con la mano dominante descansando sobre la frente del paciente, sostenga el cuentagotas o el frasco con el medicamento 1-2 cm. por encima del saco conjuntival.  Al tener la mano apoyada y el recipiente a esa distancia, se previenen tanto los traumatismos como las infecciones.  Si en algún momento se toca el ojo con el aplicador del medicamento, hay que considerarlo contaminado y desecharlo.
Instile el medicamento en el centro del fondo del saco conjuntival.
Con una gasa apriete firmemente sobre el conducto lacrimal durante 1-2 minutos.  Con ello se previene el rebosamiento hacia las vías nasales y la faringe y la absorción a la circulación sistémica.

Administraremos la pomada oftálmica:
Desecharemos la primera porción de la pomada.
Con la mano dominante aplicaremos una tira fina y uniforme de pomada en el saco conjuntival, yendo desde el canto interno al canto externo del ojo. 
Mantendremos una distancia de 1-2cm entre el tubo y el saco conjuntival, con el fin de evitar los traumatismos y las infecciones. Si en algún momento se toca el ojo con el aplicador del medicamento, hay que considerarlo contaminado y desecharlo.
Al llegar al canto externo, giraremos levemente el tubo en sentido contrario. Con ello se facilita el desprendimiento de la pomada.
Pediremos al paciente que cierre los párpados con suavidad, sin apretarlos. Así el medicamento se distribuirá uniformemente por el ojo.
Si se rebosa el medicamento, lo limpiaremos con la gasa que tenía en la mano no dominante (iremos siempre desde el canto interno al canto externo del ojo).
Cerraremos el recipiente que contiene el medicamento.


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