Introducción
La Embolia Grasa describe la presencia de grasa
en la circulación sanguínea asociada o no, al desarrollo de un síndrome de
severidad variable e identificable por sus signos y síntomas.
El síndrome de
embolia grasa (SEG) puede aparecer como una complicación de diversas
situaciones clínicas, pero sobre todo se asocia con fracturas de huesos largos
y pelvis.
Etiología
El SEG aparece sobre
todo tras traumatismos y más frecuentemente en fracturas cerradas, pero se han
descrito otras muchas situaciones clínicas como:
Traumatismos: Fracturas de huesos largos,
fracturas de pelvis, procedimientos ortopédicos, quemaduras, liposucción.
Entidades no
relacionadas:
Pancreatitis, diabetes mellitus, osteomielitis, tratamiento con traumatismos
con esteroides, esteatohepatitis alcohólica, infusión de lípidos.
Cínica
Son la base del
diagnóstico. Aparece un periodo libre de síntomas de 24-72H, siendo los
primeros signos inespecíficos: hipertermia brusca, taquicardia, colapso, taquipnea
y asociándose posteriormente la triada
clásica de insuficiencia respiratoria, manifestaciones neurológicas y
petequias, junto con otras alteraciones como fiebre, anemia, trombopenia, coagulopatía
y disfunción sitólica del ventrículo izquierdo.
La forma fulminante
se presenta con un cor pulmonale
agudo, fallo respiratorio, y/o fenómenos embólicos que conducen a la muerte a
las pocas horas iniciada la clínica.
Manifestaciones
pulmonares: las
más frecuentes y precoces. La taquipnea y polipnea son constantes, generando
alcalosis respiratoria con hipocapnia moderada.
Manifestaciones
neurológicas:
son inespecíficas apareciendo en un 60% de los casos por embolia grasa
cerebral, presentando síntomas de encefalopatía difusa: confusión aguda, desorientación,
estupor, rigidez o convulsiones. Generalmente son alteraciones reversibles. La aparición
de coma hipertónico o crisis convulsivas tónico-clónicas generalizadas indican
gravedad del cuadro neurológico.
Manifestaciones
cutáneas: las
más específicas y tardías. Rash petequial que aparece en más del 50%, siendo
patognomónico de este síndrome. Suelen aparecen 2-3 días después de los
síntomas pulmonares y pueden ser fugaces o persistir durante una semana. Se
producen por la oclusión grasa de capilares dérmicos y aumento de la fragilidad
capilar. Se localizan en la parte superior y anterior del cuerpo incluyendo
tórax, cuello, parte superior de brazos, axilas, hombros, membranas mucosas
orales y conjuntivas.
Diagnóstico
El diagnóstico es
clínico. Se han publicado diversos criterios diagnósticos, todos ellos con baja
sensibilidad debido a la presencia de síntomas inespecíficos, siendo los de Gurd y Wilson los más aceptados (el
diagnóstico de SEG requiere de 2 criterios mayores o de un criterio mayor y 3
criterios menores).
Otras pruebas
complementarias sirven para descartar otros trastornos que pueden aparecer en
el mismo marco clínico: tromboembolismo pulmonar, procesos infecciosos,
vasculares cerebrales o lesiones traumáticas en pulmón o cerebro relacionados
con el mismo traumatismo que ha producido la fractura:
Electrocardiograma: desnivel de ST en V1 y V2 por
crecimiento de cavidades, dilatación y sobrecarga sistólica de ventrículo
derecho.
Radiografía de
tórax: lo más
frecuente es que sea normal. Pueden aparecer infiltrados bilaterales difusos (“tormenta de nieve”), típico pero muy
inespecífico.
Datos de
laboratorio:
solicitar bioquímica y hemograma rutinario, gasometría arterial, hemocultivo si
se sospecha proceso infeccioso. La hipocalcemia, hipoalbuminemia, el aumento de
VSG, de proteína C reactiva, de lipasa sérica y de fosfolipasa A2 son inespecíficos.
Pueden aparecer
macrófagos con inclusiones lipídicas en el lavado broncoalveolar (LBA) aunque se
desconoce su sensibilidad y especificidad.
Angio-TAC o
Gammagrafía de ventilación perfusión
para descartar TEP como posible diagnóstico alternativo en aquellos pacientes
con inmovilizaciones prolongadas consecuentes a politraumatismos.
Criterios
de Gurd y Wilson para el diagnóstico de Síndrome de embolia grasa
Criterios
mayores
– Petequias
subconjuntivales y axilares
– Insuficiencia
respiratoria
– Depresión del SNC
Criterios Menores
– Fiebre (T >
38,5ºC)
– Taquicardia (FC
> 110 lpm)
– Anemia súbita
inexplicable
– Trombopenia
– Aumento VSG
– Partículas de
grasa en la retina
– Partículas grasas
en orina
– Partículas grasas
en esputo
Tratamiento
No hay tratamiento
específico, siendo fundamentalmente de soporte:
1. Reducir la
fractura lo antes posible después de la lesión. Principal medida para la
prevención del SEG postraumático.
2. Mantener una
buena oxigenación y ventilación.
3. Mantener una
buena situación hemodinámica (fluidos, drogas vasoactivas…).
4. Administrar
antibióticos tras extraer hemocultivos si no se puede descartar un proceso
infeccioso.
5. Profilaxis de
trombosis venosa profunda (TVP) y de hemorragia gastrointestinal.
6. El uso
profiláctico de corticoides es controvertido y se acepta hoy en día en
pacientes de alto riesgo (fracturas múltiples con compromiso de hueso largo) en
pautas cortas (por ejemplo 6-metilprednisolona 6 mg/kg durante 48H en 6 dosis).
Los estudios realizados hasta el momento demuestran que reducen la incidencia y
la intensidad de la hipoxemia. Hay otros artículos que los consideran
inefectivos como profilaxis.
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