lunes, 19 de diciembre de 2016

Riesgos en el transporte sanitario II

Continuación
Incendios / explosiones
Riesgo debido a la combustión rápida que se desarrolla sin control en el espacio y en el tiempo.
El factor de inicio del riesgo de incendio y explosión dentro del sector del transporte sanitario deriva de la utilización de grupos de soldadura junto a materiales inflamables en los talleres, del almacenamiento de materiales incompatibles, del calentamiento del motor de las ambulancias o de la incorrecta manipulación de las balas de oxígeno.
Algunas de las causas responsables de no poder hacer efectiva la lucha contra incendios son la interposición de obstáculos entre los extintores, la no señalización o la ausencia de los mismos, incluso la falta de iluminación de emergencia tanto en el taller como en el centro de coordinación.
Los daños pueden ser: quemaduras, destrucción de tejidos, infecciones, hemorragias, cortes, magulladuras, intoxicación y pérdida de conciencia, asfixia y muerte.



Medidas preventivas
Ordenar y limpiar periódicamente el lugar de trabajo.
No fumar en presencia de oxígeno y en los lugares donde esté prohibido.
Comprobar que el taller dispone de recipientes incombustibles con cierre hermético para depositar desperdicios de material inflamable (trapos impregnados en aceite, grasas o combustibles).
Durante los trabajos de soldadura, mantener alejados los productos inflamables, para evitar el posible contacto con las chispas y la fuente de calor.
Comprobar que tanto la nave, como la oficina y las ambulancias están dotadas de extintores y exigir su revisión y retimbrado de forma periódica.
Verificar que las vías y salidas de evacuación están señalizadas mediante paneles fotoluminiscentes de color verde.
Pedir que los extintores no estén colocados a una altura superior de 1,70m desde el suelo hasta la parte superior del mismo.
No utilizar oxígeno para limpiarte la ropa.
Evitar la utilización de materiales que puedan producir chispas electrostáticas.
Comprobar que las botellas de oxígeno están debidamente señalizadas y etiquetadas.
Almacenar en grupos separados las balas de oxígeno llenas y las vacías; al abrigo del calor, en posición vertical y atadas con cadenas de sujeción.
Proyección de fragmentos o partículas
Circunstancia que se puede manifestar en lesiones producidas por piezas, fragmentos, pequeñas partículas de material o sustancias, proyectadas por una máquina, equipo, herramienta o materia prima a conformar.
Este riesgo es muy habitual durante las tareas de reparación y mantenimiento de las ambulancias en los talleres, debido a la utilización de la radial o la esmeriladora, o al realizar trabajos de soldadura sin la protección adecuada.
Otras causas frecuentes del riesgo de proyección es realizar un cambio de aceite o abrir el tapón del radiador de las ambulancias cuando el motor todavía está caliente.
La parte del cuerpo donde más lesiones se producen son los ojos, siendo en muchas ocasiones causa de accidente grave con pérdida total o parcial de la visión; otros daños pueden ser la incrustación de partículas en diferentes partes de tu cuerpo, irritación de la mucosa buconasal, heridas y cortes.
Medidas preventivas
Pedir un mantenimiento periódico de los sistemas de protección de la esmeriladora.
Rectificar o sustituir las muelas de la esmeriladora cuando estén desgastadas de un modo desigual.
Realizar el cambio de aceite y del líquido de refrigeración siguiendo las instrucciones del fabricante.
Exigir la instalación de equipos de protección colectiva, Ej.: pantallas que aíslen el puesto de trabajo.
Utilizar gafas panorámicas o pantallas faciales transparentes y regulables en todas las operaciones en las que se puedan proyectar sustancias peligrosas.
Usar guantes de un material adecuado al trabajo que realices.
Usar delantales, manguitos, polainas, siempre que las proyecciones puedan alcanzar otras partes de tu cuerpo.
PVD: exposición a pantallas de visualización de datos
Son los puestos de trabajo constituidos por un equipo con pantalla de visualización provisto, en su caso, de un teclado o dispositivo de adquisición de datos, de un pro grama para la interconexión persona-máquina, de accesorios ofimáticos y de un asiento y mesa o superficie de trabajo, así como el entorno laboral inmediato.
Los puestos de trabajo que mayoritariamente sufren este riesgo son los ocupados por los trabajadores que están en las oficinas de los centros de coordinación utilizando las pantallas de visualización de datos (ordenadores) durante más de cuatro horas diarias, es decir, desde el administrativo hasta el jefe de tráfico encargado de planificar y supervisar los movimientos de las ambulancias de la empresa.
La falta de sitio en la mesa para apoyar las muñecas y los antebrazos mientras se teclea, o la lejanía o cercanía de la pantalla a los ojos, junto con la situación incorrecta del ordenador (muchas veces el ordenador se sitúa de lado) hace que se trabaje con el tronco y la cabeza girada, provocando esfuerzos estáticos en la espalda, el cuello y los hombros, además de problemas oculares.
Medidas preventivas
Comprobar que la distancia entre los ojos y la pantalla esté comprendida entre 60-80cm.
Asegurar de que tanto la pantalla como el teclado son móviles.
Eliminar cualquier objeto localizado en la parte baja de la mesa destinada para la ubicación de tus piernas.
Utilizar sillas ergonómicas, con cinco puntos de apoyo, asiento regulable en altura, con respaldo reclinable y altura ajustable.
Ajustar la altura de la silla, para que las piernas formen un ángulo recto con las rodillas y los brazos con los codos.
Solicitar un reposapiés regulable y de superficie suficiente.
Realizar descansos frecuentes a lo largo de la jornada laboral, aproximadamente de 5min/H para cambiar de postura.
Nunca colocar la pantalla de forma que detrás o delante de ella exista una ventana o reflejos indeseados.
Ruido
Cualquier sonido no deseado que produce una sensación desagradable, provocando a medio y largo plazo serias consecuencias en el trabajador.
El ruido durante el traslado en ambulancia puede originarse por el tráfico rodado de las calles y carreteras, el material electromédico, los equipos de radio comunicación y especialmente por las sirenas. En algunos conductores el ruido de las sirenas influye negativamente convirtiéndolos más agresivos en su conducción, anulando o disminuyendo la capacidad de respuesta y la conducción prudente.
Otros factores causantes de este riesgo son los ruidos continuos y generalizados en el centro de coordinación, la falta de insonorización de los lugares de trabajo, los sistemas de climatización defectuosos o la maquinaria en mal estado utilizada en los talleres de las ambulancias.
Los síntomas derivados que puedes llegar a sufrir son pérdidas de la audición, dolor de cabeza, agresividad, fatiga, alteraciones del sueño, trastornos cardiovasculares o incluso alteraciones del sistema digestivo.
Medidas preventivas
Pedir que se habiliten lugares de descanso y reunión.
Hacer controles periódicos de audición.
Reclamar un mantenimiento periódico y adecuado tanto de los motores de las ambulancias como de los equipos y herramientas que se utilicen.
Proponer realizar la evaluación de los niveles de ruido presentes en tu puesto de trabajo.
No dejar innecesariamente en marcha la ambulancia.
Revisar los silenciadores del tubo de escape y cámbialos si están deteriorados.
Pedir que las ambulancias estén insonorizadas para conseguir que se reduzca o no llegue el ruido procedente tanto del tráfico exterior, como de las sirenas o del propio motor del vehículo.
Pedir la sustitución de máquinas y equipos defectuosos o muy ruidosos por otros en mejor estado y que ofrezcan similares resultados.
Sobreesfuerzos
Desequilibrio que se produce entre la capacidad física de una persona y las exigencias de la tarea, realizándose un esfuerzo superior al normal.
Principalmente los trabajadores que sufren este tipo de riesgo, sois los profesionales de los talleres del centro logístico de las ambulancias, debido a la manipulación de repuestos y diferentes elementos  pesados de las mismas; y los conductores cuando realizan los traslados de los pacientes (subirlos y bajarlos del vehículo, de sus domicilios o del centro asistencial).
También, las ambulancias medicalizadas están dotadas de maletines o mochilas que contienen un arsenal terapéutico necesario para la actuación sanitaria in situ antes de colocar a la víctima en el vehículo, incluida una bala de oxígeno. Estas mochilas pesan alrededor de 11Kg. y son transportadas por los miembros del equipo en situaciones que requieren rapidez de actuación y en terrenos de acceso dificultoso (pisos altos en viviendas sin ascensor, márgenes de carreteras, zonas montañosas, etc.), por todo esto no son infrecuentes las contracturas musculares, esguinces, contusiones u otros daños físicos más importantes.
Medidas preventivas
Utilizar herramientas adecuadas al trabajo que se realice.
Pedir formación e información sobre la correcta manipulación de cargas, enfermos y camillas.
Siempre que sea posible, utilizar medios mecánicos auxiliares de carga:
·         Plumas para la extracción y manipulación de los motores o piezas pesadas de las ambulancias.
·         Camillas o sillas de ruedas para el desplazamiento de pacientes.
Manipular las camillas junto a uno o varios compañeros más, nunca lo realices tu solo.
En el caso de no poder utilizar medios mecánicos, seguir las normas establecidas para el levantamiento de cargas pesadas:
·         Separar y apoyar bien los pies.
·         Doblar las rodillas y no la espalda.
·         Mantener la carga lo más cerca posible del cuerpo.
·         No levantar la carga por encima de la cintura en un solo movimiento.
·         No girar el cuerpo mientras transportes la carga.
·         Utilizar guantes y calzado de seguridad, y en condiciones extremas, muñequeras y cinturones protectores de la región lumbar o fajas.
Sustancias nocivas y tóxicas
Posibilidad de inhalación, ingestión o contacto, con sustancias o elementos perjudiciales o venenosos para la salud.
La exposición más clara y típica a este tipo de sustancias es cuando estás realizando la limpieza de la ambulancia pues durante la misma utilizas diferentes productos, por ejemplo, detergentes para la parte externa de la ambulancia y lejía y otros desinfectantes para el interior de la misma, que por sí solos, y más si se mezclan, pueden ser muy tóxicos para tu salud.
También estás expuesto a este riesgo durante las operaciones de mantenimiento de las ambulancias (aceites lubricantes, líquido anticorrosivo, combustible, humos de soldadura, etc.), o cuando en el garaje del centro logístico coinciden más de una ambulancia en funcionamiento sin tener conectados los extractores de la instalación dando lugar a la acumulación de gases peligrosos como el monóxido de carbono (CO).
La exposición prolongada puede ocasionarte dolores de cabeza, mareos, vértigos, alergias, enfermedades pulmonares, dermatosis, e incluso intoxicación y pérdida de la conciencia.
Medidas preventivas
No fumar, comer ni beber durante las operaciones de carga de combustible y/o cambio de aceites lubricantes.  Lavar las manos después de estas operaciones.
Conectar los extractores siempre que coincidan más de una ambulancia arrancada.
Solicitar las fichas de seguridad de todos los productos químicos al fabricante o suministrador.
Almacenar y manipular los productos químicos según las recomendaciones de dichas fichas.
Pedir que te informen sobre las medidas de seguridad indicadas en las fichas de seguridad.
En tareas de limpieza usar mascarilla, guantes de seguridad, botas y ropa de agua.
En caso de rotura del envase original del producto, utilizar otros recipientes adecuados y en buen estado.
Etiquetar adecuadamente los recipientes que contengan sustancias peligrosas o tóxicas.
Temperaturas ambientales extremas
Posibilidad de lesión o daño por estar sometido en el ambiente de trabajo a temperaturas muy altas o muy bajas.
El principal factor determinante de este riesgo es la falta o mal funcionamiento de los equipos de calefacción y refrigeración, tanto en las oficinas del centro de coordinación como en las ambulancias.
La climatización de la ambulancia es muy importante pues además de influir en la conducción, puede afectar negativamente a los pacientes que en esos momentos se encuentran en el habitáculo posterior de la ambulancia.
El calor puede provocarte alteraciones de la visión, mareos, vómitos, desmayos, calambres, deshidratación y disminución de la atención. El frío puede producir entumecimiento de tus manos y pies acompañado de un descenso de tu destreza manual.
Medidas preventivas
Ventilar adecuadamente tanto la parte anterior como el habitáculo posterior de la ambulancia.
Utilizar ropa adecuada en función de las condiciones ambientales que existan, ropa ligera en verano y de abrigo en invierno.
Pedir la instalación de sistemas de climatización en las ambulancias y oficinas. Si estos sistemas ya están instalados, exigir su mantenimiento y puesta a punto adecuada.
Evitar situarte junto a los focos de climatización.
Reivindicar una correcta distribución de los puestos de trabajo.
Evitar corrientes de aire.
Vibraciones
Riesgo por la exposición a movimientos rápidos y continuos que se producen en objetos y materiales pudiendo transmitirse al cuerpo humano o a alguna de sus partes.
Las vibraciones pueden trasmitirse a todo el cuerpo, afectando a personas sentadas, (si trabajas en el centro de coordinación o conduces ambulancias) o de pies a través de superficies de apoyo; o ser locales, transmitiéndose principalmente a manos y brazos, sobre todo si trabajas en los talleres y garajes que se encargan del mantenimiento y reparación de las ambulancias.
En general, las ambulancias producen con mayor o menor intensidad vibraciones mecánicas debidas al motor, la suspensión, al chasis y al propio estado de la carretera. Éstas constituyen una forma de energía transmisible al cuerpo humano, que pueden llegar a tener efectos adversos como: artrosis del codo, hernias, lesiones de muñeca, calambres, trastornos nerviosos o mareos y vómitos.
Medidas preventivas
Pedir un correcto diseño ergonómico del asiento para que se reduzcan las vibraciones o su transmisión al cuerpo.
Recordar que el asiento debe estar dotado de un sistema de amortiguación eficaz que atenúe la transmisión de vibraciones al conductor.
Mantener una postura adecuada durante la conducción.
Pedir la revisión periódica de los sistemas de amortiguación y suspensión de las ambulancias.
Pedir información sobre los riesgos derivados de las vibraciones.
Utilizar las herramientas adecuadas a la tarea que realices.
Sujetar los mangos de las herramientas manuales sin hacer demasiada fuerza.
Solicitar revisiones periódicas tanto de las ambulancias como de las máquinas y herramientas, con el fin de detectar desgastes y holguras que puedan producir vibraciones.

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