lunes, 24 de octubre de 2016

Tóxicos Inhalados III: Intoxicación por Cianhídrico.


Se trata de un gas incoloro, menos denso que el aire y con olor característico a almendras amargas. Se origina en procesos industriales, manufactura de metales, se utiliza como fumigante (insecticida y raticida), en la producción sintética de caucho, se desprende del humo del tabaco y como producto de combustión de determinadas sustancias como plásticos, lana, seda, nylon, poliuretano.
El humo de los incendios es la principal causa de intoxicación por cianuro en los países desarrollados, siendo el tóxico más letal de los que componen el humo, produciendo hipoxia tisular multiorgánica y acidosis láctica.
La absorción por vía respiratoria es muy rápida (segundos), comenzando la sintomatología en pocos minutos tras la inhalación. La eliminación se realiza en un 80% en forma de tiocianato (vía renal) y el resto del cianuro se excreta vía renal y pulmonar unido a cianocobalamina, cisteína y oxidado. El cianuro se une al hierro de la citocromo-oxidasa mitocondrial inhibiendo la acción de esta enzima, llegando a la anaerobiosis y dando lugar a una producción excesiva de ácido láctico. De esta manera se produce hipoxia, acidosis metabólica, e hiperventilación refleja que puede ser mal interpretada como ansiedad.

Clínica
No existen síntomas específicos y por lo tanto la clave para llegar al diagnóstico está en la sospecha por las circunstancias donde se produce la intoxicación. Existen varios hallazgos que pueden orientarnos hacia el diagnóstico:
• El olor a almendras amargas, aunque su ausencia no excluye el diagnóstico.
• La acidosis metabólica con anión gap elevado.
• En el contexto de un incendio, pacientes con niveles de COHb > al 15% es muy probable que los niveles de cianuro sea tóxicos. Concentraciones sanguíneas de cianuro > a 40 mg/dl son tóxicas, y letales a partir de 100 mg/dl.
• La desaparición de la diferencia entre arterias y venas a nivel de la retina, debido a una disminución en la diferencia arteriovenosa de oxígeno.
• Los primeros síntomas se inician rápidamente, antes de un minuto tras su inhalación, debido a la velocidad de absorción, aunque va a depender también de la gravedad de la intoxicación.
Inicialmente aparece cefalea, vértigo, ansiedad, disnea, taquicardia, taquipnea, hipertensión, náuseas y vómitos. En caso de intoxicaciones más graves hay disminución de consciencia, convulsiones, trismus y opistótonos y a nivel cardiovascular edema agudo de pulmón, arritmias, bradicardia e hipotensión.
• Puede provocar secuelas tardías al igual que el CO, fundamentalmente encefalopatía anóxica, aunque no está muy claro si es por efecto directo del tóxico o secundario a la hipoxia secundaria a la insuficiencia respiratoria.
Valoración inicial y diagnóstica
Siendo los incendios la principal causa de intoxicación por cianuro, se interpretará que existe intoxicación si se observa lo siguiente:
• Restos de hollín en boca, nariz, faringe o esputo.
• Alteraciones neurológicas (confusión, coma, agitación, convulsiones).
• Presencia de una de las siguientes circunstancias: bradipnea <12rpm, parada respiratoria o cardiorrespiratoria, shock, hipotensión, lactato mayor de 8mmol/L (10mmol/L si existe intoxicación mixta de cianuro y CO).
Exploración física:
Signos vitales: PA, FC, FR, Tª, Sat O2 (pulsiocooximetría).
Auscultación cardiopulmonar y exploración neurológica completa.
Buscar signos y síntomas de quemadura inhalatoria y de insuficiencia respiratoria.
Pruebas complementarias:
Hemograma, coagulación y bioquímica con iones, urea, glucosa, creatinina, mediciones seriadas de CPK (MB). El aumento de urea, creatinina y CPK puede sugerir insuficiencia renal secundaria a rabdomiolisis. Solicitar enzimas cardiacas para descartar síndrome coronario agudo.
Concentraciones sanguíneas de CNH: aunque existe una buena correlación entre las manifestaciones clínicas y las concentraciones sanguíneas de CNH (tóxicas a partir de 40mmol/L y potencialmente mortales a partir de 100mmol/L), esta técnica analítica no se encuentra disponible en la gran mayoría de los centros sanitarios, por lo que el diagnóstico debe apoyarse en un análisis más asequible, aunque menos específico, como es el ácido láctico (la acidosis láctica está prácticamente siempre presente en esta intoxicación).
GAB: PaO2 normal, Sat O2 normal, gradiente alveolo-arterial de O2 disminuido (también se encuentra disminuido en shunt A-V y en intoxicaciones por sulfuros). Acidosis metabólica con GAP aumentado debido al acúmulo de ácido láctico. En las fases finales de una intoxicación grave: acidosis respiratoria. Un lactato superior a 8mmol/L y valores de COHb superiores al 15% sugieren concentraciones tóxicas de cianuro.
Rx de tórax.
ECG: pueden aparecer arritmias.
Tratamiento
Debe iniciarse lo más precozmente posible, debido a la rapidez de absorción.
Las primeras medidas incluyen retirada del paciente del foco de exposición.
Soporte vital avanzado evaluando la vía aérea, asegurando aporte de oxígeno a alto flujo mediante mascarilla con reservorio (si no está intubado) y si es necesario intubación endotraqueal y ventilación artificial.
Canalizar 2 vías periféricas (soporte hemodinámico y administración del antídoto).
Tratamiento sintomático de las complicaciones.
Se debe iniciar el tratamiento específico lo antes posible con el antídoto, junto con oxígeno a altas dosis en los pacientes con alteración del nivel de consciencia, signos vitales alterados o acidosis metabólica. El fundamento del tratamiento con el antídoto consiste en la producción de forma iatrogénica de metahemoglobina, con mayor afinidad por el cianuro que la citocromooxidasa, promoviendo asi la disociación de esta enzima.
La hidroxicobalamina es el único antídoto seguro y eficaz que se puede usar en la sospecha de la intoxicación por CNH o cuando está comprobada. Hay que utilizarla de forma precoz para obtener lo antes posible su efecto quelante. La hidroxicobalamina (Cyanokit ® 1 vial = 2,5g) es la forma hidroxilada de la vitamina B12 y es el antídoto de elección.
Su comienzo de acción es muy rápido, con un margen terapéutico muy amplio. La B12 tiene mayor afinidad por el cianuro que la que presenta por la citocromooxidasa, formando cianocobalamina que es eliminada vía renal, con la ventaja de escasos efectos adversos (los más frecuentes y reversibles la coloración rojo-naranja de la piel y la coloración rojo burdeos de la orina), por lo que puede administrarse de forma segura a pacientes críticos.
Si se dispone de analítica, utilizarla cuando niveles de lactato en sangre >7,5mmol/l. Si no se dispone de analítica se recomienda utilizarla en las siguientes situaciones:
• Bradipnea (< 12 rpm) o parada respiratoria o cardiorrespiratoria.
• Shock o hipotensión.
• Lactato > 7,5mmol/L o acidosis láctica.
La dosis a administrar es de 70mg/kg, tanto en adultos como en niños (en pediatría no exceder los 5g). La dosis de 5g es la dosis habitual para un paciente de 70Kg. El preparado comercial contiene la hidroxicobalamina liofilizada en 2 viales de 2,5g que se reconstituyen con 100ml SSF 0,9%. Puede repetirse la dosis una vez si persiste la sintomatología, si inestabilidad hemodinámica o el paciente está en parada cardiaca. En intoxicaciones graves o en parada cardiaca se aconseja administrar de entrada 10g. Algunos autores proponen añadir al tratamiento con hidroxicobalamina, si es necesario, tiosulfato sódico 12,5g IV en 50ml SSF 0,9% a pasar en 10 minutos; si no mejora en unos 30 minutos, dar 6,25g IV.
Los criterios generales de eficacia del antídoto son la reaparición de la estabilidad hemodinámica, la mejora del estado neurológico y la normalización de la lactacidemia.
La oxigenoterapia hiperbárica sólo estaría indicada en el caso de coexistir una intoxicación por CO. No hay que olvidar que la exposición por vía inhalatoria provoca sintomatología inmediatamente, por lo que si ésta no se presenta, el paciente puede ser dado de alta tras un breve periodo de observación. Si la sintomatología es leve, no es preciso el tratamiento si rápidamente es evacuado del lugar de la intoxicación, ya que la absorción del tóxico finaliza cuando el paciente pasa a un ambiente sin tóxico.
Antídotos en desuso:
– Nitritos: en la intoxicación por humo empeora el transporte de O2. No se puede utilizar.
– Tiosulfato sódico: inicio de acción muy lento. No se usa.

– EDTA di cobalto: mala tolerancia a nivel cardiaco. No se usa por sus riesgos.

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