lunes, 25 de enero de 2016

Trasporte sanitario II: El transporte Terrestre. Fisiopatologias. Efecto de las aceleraciones en los pacientes

La atracción de la gravedad terrestre y los cambios bruscos de velocidad, aceleraciones y desaceleraciones, pueden tener repercusiones de manera proporcional a su intensidad, duración y dirección.


Las aceleraciones de arranque, positivas G(+) cabeza a pies, con una intensidad  de (+) 0’8g y la de cambio de marchad, de (+) 0’3-0’5g, pueden producir hipotensión, taquicardia, cambios en el segmento ST y alargamiento de la onda P del EKG.
De igual forma ocurren al tomar curvas, pro la aceleración transversa, de la misma intensidad de la anterior. En pacientes hemodinámicamente inestables, su estado puede agravarse llegando a la pérdida de conciencia por hipoperfusión cerebral.
Los frenados o desaceleraciones bruscas producen aceleraciones negativas G (-) de pies a cabeza, entre -0’5 y -0’9g pudiendo causar hipotensión y bradicardia refleja, aumento de la presión venosa central aumento de la PIC y en casos extremos paro cardiaco.
Puede también producir desplazamiento de órganos internos, produciendo síntomas desagradables y pudiendo llegar incluso a su desinserción o rotura. Para paliar estos efectos, la posición del paciente debería ser siempre en el sentido de la marcha anclado con los cinturones de seguridad en la camilla que deben incluir cinchas transversales y longitudinales para evitar el desplazamiento del paciente en ambos sentidos.
Las vibraciones son energía en forma de onda, que pueden darse por contacto directo (trepidaciones) y por contacto (trepidaciones) o indirecto (ondas acústicas). Las vibraciones mecánicas que oscilan entre los 4-12Hz son las más nocivas y pueden llegar a producir incluso roturas a nivel microvascular.
En politraumatizados y en situaciones de shock puede aumentar el riesgo de hemorragias. Las vibraciones registradas en las ambulancias se encuentran entre los 4-16Hz. Algunos de los síntomas descritos inducidos por este tipo de vibraciones son: dolor torácico al ventilar, dolor abdominal, dolor mandibular, dolor lumbosacro, tenesmo rectal y vesical, discreta disartria y cefalea.
Efecto de las vibraciones sobre el cuerpo humano
Dolor al respirar
1-3Hz
Dolor abdominal
4’5-10Hz
Dolor torácico
5-7Hz
Dificultar para el habla
6-8Hz
Dolor lumbo-sacro
8-12Hz
Tenesmo vesical
10-18 Hz
Tenesmo rectal
10’5-16Hz
Dolor de Mandíbula
13-20Hz
Cefalea
13-20Hz
El nivel de ruido se sitúa entre los 69-75db pudiendo aumentar en el paciente la sensación de miedo y ansiedad, llegando a desencadenar reacciones de tipo vegetativo. Las sirenas como señales acústicas de autoprotección y advertencia deben tener entre 1-4Khz para ser sensibles al oído humano.
Su sonido debe ser fácilmente identificable y no ser confundido con otro tipo de ruidos, con máxima audición a unos 12m de los puntos viarios conflictivos y peligrosos, que sean lo menos molestas para la población (sobre todo en horas de descanso), siendo aconsejable situar los altavoces de la sirena sobre la parrilla central del vehículo y circular con las ventanilla cerradas.
Hay que tener en cuenta que las vibraciones afectan a los diferentes aparatos diagnósticos que van a bordo de la unidad, pudiendo aparecer artefactos en el trazado de EKG, en los valores obtenidos de la tensión arterial, artefactar la bomba de perfusión…
Los cambios de temperatura pueden perjudicar sobre todo a determinados tipos de pacientes con problemas en su regulación de la temperatura corporal, como enfermos cardiovasculares, recién nacidos, quemados y lesionados medulares.
Medidas a tomar para evitar efectos de las aceleraciones/desaceleraciones
  • Conducción prudente y regular
  • Material asegurado
  • Usar bombas para drogas
  • Posición del enfermo
  • Salido amarre a la camilla
  • Cinturón de seguridad
  • Colchón de vacío
  • Comunicación fluida con el enfermo/paciente
  • Solido amarre a la camilla


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