Ante la situación de un
paciente quemado a la llegada del equipo al lugar del siniestro siempre es importante
la evaluación de la escena y la
aplicación de las medidas de seguridad necesarias, priorizando la seguridad del
personal asistencial
Siempre seleccione un
espacio asistencial óptimo, sin exposición a riesgos.
Valoraremos inicialmente
al paciente quemado como un paciente traumatizado por agente térmico, siendo el
gran quemado equiparable al paciente
politraumatizado. Así, sólo tras estabilización del XABCD se procederá a la
valoración de las quemaduras y su tratamiento.
Aseguraremos la
permeabilidad de la vía aérea mediante su aislamiento precoz, con protección de
la columna cervical si fuese necesario.
Valoraremos la existencia
de signos y síntomas de quemadura inhalatoria e intoxicación por humo, así como
quemaduras en orofaringe y circunferenciales totales en cuello, que precisarán
aislamiento precoz de la vía aérea.
Monitorizaremos: TA, FC,
FR, ECG, SatO2, cooximetría y temperatura así como ETCO2
en pacientes con aislamiento de vía aérea. Recuerde que los valores de TA en
miembros quemados pueden estar falseados
por el edema o las escaras necróticas.
Realizaremos extracción
para analítica sanguínea y valoraremos especialmente los niveles de lactato
(indicadores indirectos de intoxicación por derivados del cianuro).
Aplicaremos
oxigenoterapia a alto flujo con mascarilla reservorio ante signos de
insuficiencia respiratoria, Sat O2 < 92% o con tendencia
descendente (recuerde que en intoxicación por humo los valores están falsamente
elevados) o ante sospecha de intoxicación por CN o CO.
Valoraremos el agente
lesional, circunstancias y tiempo de exposición. En un incendio recabaremos e
información de Bomberos sobre las sustancias detectadas.
Valoraremos continuamente
la permeabildiad de la vía aérea y realizaremos su aislamiento ante:
·
Signos y síntomas de inhalación de humo.
·
Quemaduras en cara y cuello.
·
Signos y síntomas de quemadura inhalatoria
·
Quemaduras de gran extensión (superficie
corporal quemada (SCQ) > 50%).
·
Necesidad de elevadas dosis de
sedo-analgesia grande.
·
Insuficiencia respiratoria que no mejora
con oxigenoterapia.
·
Ante un edema de glotis instaurado que
impida la intubación traqueal, está indicada la cricotiroidotomía.
Administraremos Fluidoterapia de manera individualizada
con cristaloides templados, siempre en función del estado clínico del paciente
y de su respuesta a la misma, evitando la sobreexpansión. En ausencia de shock,
en pacientes con SCQ > 20% se puede utilizar una de las siguientes fórmulas
para la reposición de las pérdidas por evaporación y tercer espacio:
·
Fórmula
de Broke modificada: 2 ml (3 ml en niños) x kg de peso x
SCQ. El 50% de los ml estimados se
administrarán en las primeras 8 horas desde la lesión.
·
Regla
del 10: calcule redondeando el % de SCQ a la decena más alta
y multiplique x10, siendo el resultado los ml a administrar en la primera hora.
En pacientes con peso > 80 kg se añadirán 100 ml por cada 10 kg de peso por
encima de los 80.
Si el paciente no está
intubado debe realizarse una observación continua de la vía aérea y la
respiración, ya que la rehidratación del paciente puede aumentar el edema y obstruir
la vía aérea tanto superior como inferior. Recuerde que las quemaduras
inhalatorias y por electrocución precisan mayores volúmenes de reposición.
Retiraremos anillos,
pulseras y cualquier prenda o adorno que pueda producir compresión o
"efecto torniquete”, o que perpetúe el “efecto quemadura”. Retiraremos la
ropa dejando las zonas adheridas a la piel, que deberán ser enfriadas/lavadas.
Descartaremos
traumatismos torácicos abiertos o cerrados asociados que pongan en riesgo la
vida del paciente.
Valoraremos el estado
neurológico, descarte posible TCE asociado y relaciones síntomas como cefalea,
mareo, somnolencia, desorientación, estupor, coma y convulsiones con una
posible intoxicación por CN/CO, así como alteraciones visuales y de conducta
asociada a otros gases tóxicos.
Iniciaremos la analgesia
en función del estado del paciente, la intensidad y la tolerancia al dolor,
utilizando si es posible una analgesia multimodal.
Expondremos al paciente
con control térmico y determine la profundidad de la quemadura y su extensión
(sólo quemaduras de 2º y 3º) según:
·
“Regla
de los 9” de Wallace en pacientes mayores de 15 años (Cabeza y
cuello: 9%; Miembros superiores: 18%; Tronco anterior: 18%; Tronco posterior:
18%; Miembros inferiores: 36%; Genitales: 1%).
·
La
Regla de “la palma de la mano o regla del 1” es válida para
calcular la SCQ en áreas pequeñas, equivaliendo la mano completa del paciente
al 1% de SCQ.
Realizaremos cura local
de la quemadura. En quemaduras extensas, con SCQ en torno a un 20%, preste
atención al control de pérdidas de calor. Si es factible, monitorizaremos la
temperatura central con sonda esofágica.
Evitaremos irrigar con
agua o SSF frío para no contribuir a aumentar la hipotermia.
Utilizaremos apósitos de gel de agua o cualquier tipo de
apósito húmedo (SF) y cubriremos éstos y al paciente, con manta aluminizada
para reducir la evaporación al mínimo y disminuir el dolor por corrientes de
aire.
Mantendremos el
habitáculo del vehículo lo más caliente posible.
Realizaremos escarotomía
si la quemadura afecta al tórax y compromete la dinámica ventilatoria a pesar
de un correcto manejo de la vía aérea.
Colocaremos sonda vesical
y controlaremos la de diuresis.
Valoraremos el uso de Omeprazol IV a dosis de 1 mg/kg (máx.
40 mg) en 100 ml de SF perfundidos en 20-30 min. No administrar en neonatos.
Trataremos las otras
posibles lesiones asociadas.
El traslado siempre en SVA
a centro de quemados con preaviso hospitalario a pacientes con:
·
Quemaduras de 2º o 3º grado con extensión
de > 15% de SCQ en adultos.
·
Quemaduras de 2º grado con extensión de
> 10% de SCQ o de 3º grado con extensión > 2% de SCQ en niños y ancianos.
·
Quemaduras de 2º o 3º grado que afecten a
cara, cuello, manos, pies, periné, axilas y otros pliegues de flexo extensión.
·
Quemaduras químicas y eléctricas.
·
Quemaduras con lesiones asociadas (trauma
severo, fracturas y lesión de partes blandas, inhalación de humos, etc.).
·
Quemaduras inhalatorias y con afectación
del estado hemodinámico.
·
Quemaduras con riesgos asociados
(antecedentes clínicos del paciente como diabetes, inmunodepresión, etc.).
Valoraremos la
trasferencia a Hospital del resto de quemaduras no incluidas en las anteriores.
Descartaremos agresiones
y, ante sospecha de quemaduras sospechosas de maltrato, actúe según
procedimiento.
En aquellos pacientes con
problemas sociales e imposibilidad de cuidados adecuados, realizaremos el traslado
hospitalario independientemente de la gravedad.
Quemaduras
especiales
Químicas:
Extremaremos las medidas
de seguridad y, si es posible, elimine el tóxico.
Retiraremos las prendas
contaminadas y guárdelas en una bolsa cerrada.
Irrigaremos las zonas
expuestas con abundante SSF o agua durante un mínimo de 15 min con cuidado de
no inducir hipotermia en lesiones extensas. El lavado inicial debe iniciarse en
todas las quemaduras químicas menos las causadas por cemento, sosa cáústica,
ácido sulfúrico concentrado, litio y sodio metálico. Si se trata de polvo
elimínelo con sistema de arrastre suave antes de irrigar la zona.
Usaremos Difoterina inmediatamente recordando
que su efecto neutralizante es tiempo dependiente. Su eficacia óptima ocurre
entre los 2 y los 10 minutos tras la agresión.
Trasladaremos todas las
quemaduras químicas a centro de quemados, y valoraremos, en función de su
extensión, la realización de preaviso hospitalario.
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