Los riesgos que se
presentan en el siguiente artículo son aquellos que con mayor o menor frecuencia se pueden encontrar en las diferentes actividades que se realizan en el sector
del transporte sanitario, es decir, desde la conducción de la ambulancia, hasta
los trabajos realizados en el centro de coordinación, pasando por las tareas de
los talleres y/o garajes.
Clasificación
Riesgos de
accidente laboral: Físicos
- · Accidentes o golpes con vehículos
- · Caída de objetos desprendidos
- · Caída de personas al mismo y distinto nivel
- · Choques contra objetos inmóviles
- · Contactos eléctricos
- · Cortes y golpes por objetos o herramientas
- · Incendios/explosiones
- · Proyección de fragmentos o partículas
- · Sobreesfuerzos
- · Temperaturas ambientales extremas
Riesgos de
enfermedad profesional: Higiénicos
- · Contaminantes biológicos
- · Ruido
- · Sustancias nocivas o tóxicas
- · Vibraciones
Riesgos
ergonómicos
- · Carga física
- · Carga mental
- · PVD: exposición a pantallas de visualización de datos
Accidentes
o golpes con vehículos
Son los producidos
por vehículos en movimiento, empleados en las distintas fases de los procesos
realizados en la empresa, dentro del horario laboral.
Las ambulancias como
cualquier otro vehículo, no están exentas de los riesgos de accidentes, la
mayoría de las causas son comunes a otros vehículos, Ej.: el exceso de
velocidad, la falta de conocimiento del vehículo, las malas condiciones
climatológicas y de la carretera, el desconocimiento de la misma o el hecho de
no mantener las distancias de seguridad.
Los conductores de
vehículos de urgencias realizáis maniobras contrarias a las normas de
circulación, con la tolerancia de los agentes de circulación, pero esto no
elimina el peligro que dichas acciones implican (circular por direcciones
prohibidas, pasar los semáforos en rojo, no parar en un Stop, o invadir los
carriles contrarios) por ello, antes de realizar alguna de estas acciones debe
asegurarse de que el resto de vehículos están advertidos de la presencia de la
ambulancia y se han detenido.
Las consecuencias derivadas
de los accidentes, son muy variadas, desde contusiones, desgarros musculares,
aplastamientos, amputaciones, luxaciones y/o fracturas de huesos, hasta la
muerte.
Medidas
preventivas
Respetar el código
de circulación y utilizar el cinturón de seguridad, tanto en la parte delantera
como en el compartimento posterior de la ambulancia.
Antes de pasar un
Stop o un semáforo en rojo, asegurase de que el resto de vehículos están
advertidos de la presencia de la ambulancia y se han detenido.
Pedir formación
sobre conducción en casos extremos y sobre la utilización de luces y sirenas,
ya que la mala utilización de éstas puede causar accidentes por sorpresa de
otros vehículos.
Antes de utilizar
la ambulancia, verificar la fijación y posición de los retrovisores, el
funcionamiento de los limpiaparabrisas, luces, bocinas y sirenas de emergencia
y comprueba la existencia de los triángulos de señalización y los chalecos
reflectantes.
Si durante la
revisión de la ambulancia observa algún fallo en su funcionamiento, subsánalo
rápidamente o de lo contrario remplázala por otra que reúna las condiciones
apropiadas.
Realizar revisiones
periódicas de las ambulancias: frenos, dirección, suspensión e incluso motor y
ruedas, y pasa puntualmente la inspección técnica (ITV).
Practicar una vida
saludable, con periodos adecuados de descanso y sueño.
Si se está tomando
alguna medicación o sustancia que pueda afectar a la conducción de la
ambulancia, ponerlo en conocimiento de la empresa.
Prever la fatiga
con una alimentación ligera y rica en zumos y frutas.
Pedir un vestuario
adecuado y retroreflectante, sobre todo en las salidas nocturnas, evitando los
colores oscuros.
Para la comunicación
con el exterior exigir dispositivos de manos libres: emisora, teléfono móvil o
similar.
En caso de asistir a un accidente, para
evitar un suceso indeseado, sigue el siguiente protocolo de actuación:
Obtener desde el
centro de coordinación la máxima información posible sobre el suceso.
Estacionar la ambulancia
a una distancia de 15m del accidente, con una inclinación hacia la mediana de
la vía con respecto al sentido de la marcha de 30 º- 35º y una proximidad
adecuada al arcén, de manera que no permita el paso de vehículos por el mismo.
Siempre que sea
posible bajar de la ambulancia por el lateral más cercano al accidente.
Crear una zona
operativa segura y señalizada con conos.
Mantener a la
ambulancia con la máxima señalización luminosa, tanto de día como de noche,
para alertar al resto de conductores.
Caída
de objetos desprendidos
Caída de objetos
diversos que no se están manipulando, y que se desprenden de su ubicación por
razones varias
El exceso de carga
en las estanterías (piezas, filtros o
repuestos), la mala colocación de la misma (objetos pesados en las
baldas superiores y ligeros en las inferiores) junto con la ausencia de
anclajes que sujeten las estanterías a la pared y al suelo, son algunas de las
causas por las que te puedes encontrar este riesgo.
Los daños que puede
ocasionar son traumatismos, contusiones, hemorragias, pérdida de la conciencia
o incluso la muerte.
Medidas
preventivas
Para la elevación
de cargas por medio de la grúa pluma utilizar cintas, cables o eslingas y no
correas de goma.
Nunca improvisar elementos
de elevación.
Verificar el estado
de las eslingas, cadenas y ganchos de los equipos de elevación y extracción de
los motores de las ambulancias.
Asegurar de que la
carga está bien sujeta a los ganchos.
Si se utilizan elevadores
de vehículos, comprobar que el puente dispone de dispositivos de seguridad que
impidan el descenso no deseado de las ambulancias.
Comprobar que la
zona del suelo afectada por el movimiento del elevador esté perfectamente
despejada y delimitada.
Realizar el
almacenamiento de materiales (piezas, filtros o repuestos) en lugares
específicos, delimitados y señalizados.
Comprobar que las
estanterías están ancladas a la pared o al suelo con unos dispositivos que
aseguren su fijación y firmeza.
No cargar las
estanterías con un peso superior al indicado por el fabricante.
Colocar los objetos
más pesados en las baldas inferiores.
Verificar que los
objetos almacenados no sobresalgan de las dimensiones de las estanterías.
Caída
de personas al mismo y distinto nivel
Cuando una persona
se cae en el mismo nivel de la superficie por donde se mueve o a otro situado más
bajo.
El desorden, la
falta de limpieza (cables tirados por el suelo en zonas de paso y oficinas),
los suelos deslizantes a causa de placas de hielo en las asistencias externas,
o de derrames o acumulaciones de agua, aceites y grasas u otros líquidos en los
talleres y garajes, y la inadecuada iluminación, junto con la mala utilización
de las escaleras o el mal estado de las mismas, e incluso la imprudencia al
utilizar elementos inestables o no apropiados como escaleras, son los
principales factores causantes del riesgo de caída tanto al mismo como a
distinto nivel.
Las consecuencias
pueden ser desde leves rozaduras, hematomas o heridas superficiales a fracturas
de huesos y desgarros musculares.
Medidas
preventivas
Mantener limpio,
ordenado y libre de obstáculos tanto las zonas de trabajo como las de paso.
Si se produce un
derrame de grasas o detergentes sobre el pavimento, verter un material
absorbente y no combustible sobre el mismo y posteriormente barrer y retirar al
contenedor de basura.
Cuando se termine
de realizar un trabajo, eliminar los desperdicios generados y guardar en su
lugar correspondiente los utensilios y herramientas utilizados.
Pedir que los
suelos de las ambulancias sean antideslizantes e impermeables.
Instalar sobre los
cables canaletas fijas de protección.
Revisar
periódicamente el estado de las escaleras, comprobando su resistencia y los
elementos de apoyo y sujeción.
En caso de no poder
evitar los suelos deslizantes (suelos helados, cubiertos de nieve, con grasa,
etc.) utilizar calzado de seguridad con suela antideslizante.
Comprobar que las
escaleras de tijera tienen elementos de seguridad que impidan la pérdida de
estabilidad al ser utilizadas.
No utilizar las
escaleras para fines distintos que aquellos para los que han sido construidas.
Bajar correctamente
de la ambulancia, utilizando las escaleras y asideros.
Carga
física
Es el resultado del
conjunto de requerimientos físicos a los que se ve sometido el trabajador a lo largo
de la jornada de trabajo, cuando se ve obligado a adoptar y/o mantener una
determinada postura durante un periodo de tiempo excesivo.
La principal causa
por la que sobreviene la carga física es el estatismo postural durante la
conducción de la ambulancia; el mantenimiento de la postura sentada durante
toda la jornada de trabajo también afecta tanto a los jefes de tráfico como a
los coordinadores y administrativos que realizan sus tareas en el centro de
coordinación.
Además de la
movilidad restringida asociada al trabajo sedentario, también son causas el
espacio insuficiente para variar la posición de las piernas y las rodillas, la
adopción de posturas inadecuadas en el trabajo o los movimientos repetitivos de
manos y piernas.
La tensión muscular
estática, dinámica o repetitiva produce dolor de cervicales, tirantez en la
nuca, dorsalgias y lumbalgias.
Medidas
preventivas
Pedir que los
asientos sean antivibratorios, anatómicos y regulables.
Situar la altura
del asiento en función de tus características.
Adoptar una postura
correcta cuando te sientes.
Realizar pausas o
descansos frecuentes durante la jornada para poder cambiar de postura.
Evitar giros y
torsiones innecesarios.
Pedir que tu puesto
de trabajo te permita mantener el tronco derecho y erguido frente al plano de trabajo.
Revisar
periódicamente los mandos de la ambulancia, la calefacción, refrigeración, asientos
e iluminación para evitar la aparición de la fatiga.
Si el trabajo es de
oficina, comprobar que el espacio existente debajo de la mesa permita variar la
posición de las piernas y rodillas y que esté libre de obstáculos.
Carga
mental
Esfuerzo al que
sometemos los mecanismos de percepción y atención, en la realización de un
trabajo.
Los principales
factores que potencian la aparición de este riesgo son la realización de los
trabajos a turnos (sobre todo la nocturnidad y el ritmo de trabajo excesivo) y
el elevado nivel de concentración que requiere la conducción, más aún cuando es
de emergencia o cuando las condiciones son extremas.
Otros factores
importantes son: el trato directo con los pacientes y los familiares de los
mismos, a veces demasiado exigente y hostil; la incomunicación, las malas
relaciones laborales, la presión ejercida por la gran repercusión que tienen
sus errores y la excesiva responsabilidad en el trabajo así como la mala organización
del mismo.
Los daños más
frecuentes son: irritabilidad y nerviosismo, estrés, depresión, alteraciones
del sueño y dolores de cabeza e incluso problemas estomacales y alteraciones
cardiovasculares.
Medidas
preventivas
En la medida de lo
posible, evitar trabajar a turnos.
Pedir que los
turnos de noche y de tarde nunca sean más largos que los de la mañana.
No trabajar en
turno de noche más de dos semanas seguidas.
Recordar que los
turnos deberán respetar al máximo el ciclo de sueño. Para ello, los cambios de turno
deben situarse entre las 6-7H, las 14-15H y las 22-23H.
Pedir conocer con
antelación el calendario con la organización de los turnos.
Solicitar asistencia
psicológica si es necesaria.
Choques
contra objetos inmóviles
Encuentro violento,
de una persona o de una parte de su cuerpo, con uno o varios objetos, máquinas,
herramientas u otros utensilios colocados de forma fija, o en situación de reposo.
La principal causa
por la que se puede presentar este riesgo, es el mal diseño de las zonas de
trabajo, tanto de las oficinas, garajes y talleres del centro logístico, como
del habitáculo posterior de las ambulancias: espacios reducidos, falta de
iluminación o pasillos estrechos.
El compartimento
posterior de la ambulancia es un habitáculo de reducidas dimensiones y provisto
de numerosos armarios, cajones o baldas, para un máximo aprovechamiento del
espacio. Todos estos elementos contribuyen al riesgo de choques contra objetos
inmóviles de los miembros del equipo a la hora de actuar sobre el paciente y
durante el transporte, debido sobre todo a las partes salientes del mobiliario
o de los equipos, o a su incorrecta distribución.
Estos factores junto
con el desorden, la falta de limpieza, la escasa iluminación y la distracción
pueden provocarte daños tales como contusiones, heridas superficiales,
luxaciones, hematomas o cortes.
Medidas
preventivas
Mantener limpios y
ordenados los lugares de trabajo.
Comprobar que la
iluminación sea la adecuada a la tarea a realizar.
Verificar que la
distribución del mobiliario, tanto en las oficinas del centro de coordinación,
como en la parte posterior de la ambulancia sea la correcta.
Extremar las
precauciones en cuanto a los movimientos en el interior del habitáculo de la
ambulancia para evitar contusiones con armarios, cajones, equipos, camillas,
etc.
Pedir que tu
espacio de trabajo sea el suficiente para poder realizar todos los movimientos
que requiera tu tarea, teniendo en cuenta la presencia de equipos y materiales
necesarios.
Señalizar de forma
visible el riesgo de golpes en la cabeza, en los lugares de trabajo donde la
altura mínima del suelo al techo no llegue a los 2,5m.
Comprobar que las
zonas de paso, salidas o lugares de trabajo estén libres de obstáculos, de
forma que en cualquier momento se puedan utilizar.
Contactos
eléctricos
Posibilidad de
lesión o daño de una persona al sufrir una descarga eléctrica.
Los riesgos
eléctricos se derivan de la utilización de equipos, máquinas y herramientas
conectadas a la corriente eléctrica tanto en el taller (equipo de soldadura,
herramientas eléctricas, etc.) como en el centro de coordinación (ordenadores).
En general las
causas más comunes de la aparición de este riesgo son las conexiones con cables
pelados, bases de enchufes mal instaladas, cuadros eléctricos desprotegidos,
humedades próximas a la instalación, defectos de las conexiones a tierra, o
realizar tareas de mantenimiento con la instalación conectada.
Durante las
maniobras de rescate y estabilización de heridos, puede aparecer vehículos
implicados en un accidente han quedado en contacto con farolas, paneles
luminosos, postes de luz o torretas de alta tensión; en estas situaciones hay
que extremar la precaución, y antes de actuar aseguraros de que se ha cortado
la corriente eléctrica, pues una descarga puede producirte desde contracciones
musculares y quemaduras hasta parada cardiaca y la muerte.
Medidas
preventivas
Dejar que las
operaciones de mantenimiento, manipulación y reparación de los sistemas
eléctricos, incluidos los de las ambulancias, las realice el personal
especializado y con la instalación desconectada.
Conductor
de ambulancias:
en cualquier circunstancia que tiene que manipular algún elemento eléctrico
como por ejemplo la batería del vehículo, ha de seguir las instrucciones del
fabricante y utilizar equipos de protección individual (guantes y botas
aislantes).
Comprobar que las
herramientas eléctricas están dotadas de doble aislamiento.
Evitar cables
desnudos y protege las partes activas o elementos en tensión con aislantes adecuados
de forma que resulten inaccesibles.
Comprobar que los
cuadros eléctricos permanezcan cerrados y que el riesgo eléctrico está
señalizado.
Pedir que todos
los enchufes tengan toma de tierra y que los aparatos que se conecten a la red
cuenten preferentemente con doble aislamiento.
Pedir que la
puesta a tierra y el diferencial se revisen al menos una vez al año para
garantizar su correcto funcionamiento.
Evitar las conexiones
múltiples y las alargaderas en la oficina.
Contaminantes
biológicos
Microorganismos,
cultivos celulares y endoparásitos humanos, susceptibles de originar cualquier
tipo de infección, alergia o toxicidad.
Cualquier trabajador
sanitario está expuesto al contagio de enfermedades infecciosas, las
características intrínsecas de las emergencias extrahospitalarias, la necesidad
de una actuación rápida, lo agresivo de algunas técnicas, las desfavorables
condiciones de trabajo, los pacientes poco colaboradores, las circunstancias
inesperadas e incontroladas, el movimiento del vehículo en marcha, etc. Son
factores que favorecen la falta de adhesión a las normas y precauciones
higiénicas universalmente reconocidas, contribuyendo a aumentar el riesgo de
exposición a este tipo de contaminantes.
El principal
mecanismo de transmisión, sin despreciar el contacto directo o por vía aérea,
es el contacto con sangre o con fluidos corporales vía parentenal; de manera
accidental, puede producirse la exposición al puncionar la piel o al contactar
con sangre infectada en una superficie cutánea no intacta.
Las enfermedades
infectocontagiosas más importantes a las que están expuestos los trabajadores
del transporte sanitario son la enfermedad por VIH, las hepatitis B y C, y la
tuberculosis.
Medidas
preventivas
No realizar el
reencapsulado de agujas después de su uso. Deposítalas en contenedores
específicos de agujas usadas y usar los mecanismos de seguridad con las que vienen
equipadas los nuevos sistemas.
Pedir el
establecimiento de un protocolo de residuos sanitarios.
Limpiar rápidamente
las salpicaduras de sangre con una solución desinfectante.
Colocar en una
bolsa impermeable y señalizada los objetos contaminados con sangre.
Utilizar guantes de
látex y si existe riesgo de salpicaduras también mascarilla y protectores
oculares.
Acudir al centro
sanitario ante la mínima sospecha de posible exposición a enfermedades
contagiosas como VIH, hepatitis o tuberculosis.
Cumplir
estrictamente las normas de higiene personal; no fumar, comer ni beber mientras
trabajas.
Utilizar en la
medida de lo posible métodos de trabajo y herramientas o utensilios que no
provoquen cortes ni pinchazos.
Antes de manipular
las herramientas cortantes o punzantes, asegurase de que previamente han sido
desinfectadas y que están en buen estado.
Cortes
y golpes por objetos o herramientas
Situación que puede
producirse ante el contacto de alguna parte del cuerpo de los trabajadores con máquinas,
herramientas, equipos, objetos cortantes, punzantes o abrasivos.
En la mayoría de los
casos, estos riesgos se dan durante las actividades de reparación y
mantenimiento de las ambulancias (montar y desmontar componentes o realizar ajustes) debido al uso de
herramientas manuales, radiales, pulidoras, etc., inadecuadas a la tarea a
realizar, en mal estado o sucias.
La falta de orden y
limpieza, la escasa iluminación, los espacios reducidos de trabajo, las malas
costumbres (dejar los cajones de las mesas o archivadores abiertos) o la mala
ubicación del mobiliario, también son factores determinantes para que aparezca
el riesgo de golpe y de corte.
Las principales
consecuencias son: magulladuras, heridas superficiales o profundas, hematomas,
fisuras o roturas de miembros o pérdida de la masa muscular.
Medidas
preventivas
Ordenar y limpiar
el lugar de trabajo.
Comprobar que la
iluminación es la correcta.
Cerrar los cajones
después de utilizarlos y antes de abrir el siguiente.
Verificar que los
revestimientos interiores de la ambulancia son lisos y sin elementos cortantes.
Asegurar de que los
laterales afilados y cortantes de las rampas de las ambulancias están
recubiertos por tiras de goma.
Utilizar las
herramientas y utensilios manuales adecuados a la tarea que se vayan a realizar
y según las instrucciones de uso y mantenimiento del fabricante.
Inspeccionar periódicamente
el estado de los utensilios y herramientas que se utilicen.
Guardar el material
y los utensilios que no se utilizan en cajones y organizadores y dejar al
alcance solo lo imprescindible.
No utilizar útiles
o herramientas en mal estado.
Usar guantes contra
la agresión mecánica.
Recordar que el
mantenimiento de las ambulancias debe realizarlo personal competente y
cualificado.
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