Introducción
Prácticamente
cualquiera de las alteraciones psicopatológicas que se conocen pueden ser
motivo de consulta: desde la sintomatología cardinal del cuadro, principalmente
alteraciones del pensamiento (delirios) o de la sensopercepción (alucinaciones)
hasta alteraciones afectivas, de los ritmos biológicos, agitación o inhibición
psicomotriz, auto y/o heteroagresividad o efectos secundarios atribuibles a la
medicación.
Manifestaciones Clínicas.
Esquizofrenia
Es el
paradigma de las psicosis De cara a su abordaje se distingue entre los primeros
episodios y las reagudizaciones:
1.
Primeros episodios.
La
esquizofrenia es una enfermedad cuya principal característica es la disolución
de la Identidad propia y el subsiguiente deterioro de la relación del paciente
y su entorno. Cuando la esquizofrenia irrumpe en la vida del individuo se habla
de que existe una ruptura biográfica. Pueden manifestarse una serie de
alteraciones prodrómicas más o menos sutiles e insidiosas como constituyen una
merma en el rendimiento laboral o académico, una disminución del interés por
las actividades sociales o una tendencia al aislamiento.
2.
Reagudizaciones.
Se trata
de descompensaciones en pacientes diagnosticados, la mayor parte por incumplimiento
terapéutico. También pueden estar precipitadas por conflictos sociales o laborales.
Las
manifestaciones más frecuentemente observadas en los pacientes esquizofrénicos:
Alteraciones de la forma y
contenido del pensamiento:
-
Delirios. Especialmente ideas de contenido referencial y de perjuicio, aunque
también pueden adoptar tintes megalomaníacos.
-
Percepciones e interpretaciones delirantes. Elementos habituales en el entorno
cobran de pronto una significación especial.
-
Bloqueos y robo/inserción, difusión del pensamiento.
Alteraciones sensoperceptivas:
-
Alucinaciones auditivas. Pueden ser voces de personas u otros sonidos dirigidos
hacia el paciente.
-
Cenestopatías. Percepciones aberrantes de sensaciones somáticas (táctiles,
algésicas…)
-
Alucinaciones visuales. Son muy raras en la esquizofrenia y su presencia debe
orientar hacia la detección de trastorno orgánico o consumo de tóxicos como
origen del cuadro.
Síntomas afectivos:
Especialmente
importante es estar alerta a la emergencia de síntomas depresivos, sobre todo
en la fase subsiguiente a la resolución de los síntomas psicóticos positivos.
-
Depresión post-psicótica
- Angustia
psicótica
Intentos o ideas autolíticas:
En
general el riesgo de suicidio en los esquizofrénicos es alto. Suelen tener
escaso control de sus impulsos y suelen realizar intentos de alto grado de
letalidad
Alteraciones de la psicomotricidad:
-
Agitación psicomotriz
-
Inquietud psicomotriz
-
Catatonía. Características más frecuentes: acinesia/hipercinesia, catalepsia,
obediencia automática/negativismo, manierismos, ecolalia y conductas motoras
repetitivas
Síntomas atribuibles al tratamiento
con psicofármacos: Acatisia,
distonías agudas y tardías, parkinsonismo yatrogénico y otros.
Trastorno
delirante crónico
Se
presenta en edades más avanzadas de la vida respecto a la esquizofrenia, sin
que pueda determinarse claramente en la historia del paciente la existencia de
una ruptura biográfica con respecto al funcionamiento pre-mórbido.
Predominan
las alteraciones del contenido del pensamiento en forma de ideación delirante
de perjuicio y referencial altamente sistematizada. Otras temáticas delirantes
frecuentes son la celotipia, la erotomanía, la grandiosidad o la hipocondría.
Psicosis
reactiva breve
El
cuadro psicótico se desarrolla de forma brusca en respuesta a un factor de
estrés psicosocial y con una rápida restitución ad integrum tras la resolución
del cuadro.
Psicosis
orgánicas
Es muy
importante conocer los antecedentes del paciente. Resulta imprescindible
detectar la presencia de alteraciones en las constantes vitales, síntomas o
signos de enfermedad somática e indicios de consumo de tóxicos.
En los
cuadros de etiología orgánica existe de manera característica un curso fluctuante
de la sintomatología psiquiátrica. Las alteraciones del nivel de conciencia y
la atención son características; este aspecto es nuclear en el caso del delirium.
Otros tipos serían la alucinosis alcohólica, trastorno catatónico orgánico,
trastorno de ideas delirantes orgánico.
Psicosis ficticia y simulación
Por lo
general se dan en pacientes que presentan diagnósticos previos de trastorno de la
personalidad.
Intervención en Urgencias
El
aspecto más relevante de nuestra intervención consiste en conocer la necesidad
de hospitalizar o no al paciente de forma urgente. Las situaciones que pueden
constituir indicación de hospitalización son las siguientes:
- El
paciente resulta una amenaza para su integridad o la de terceros.
- La
actividad psicótica es intensa y genera importante ansiedad y angustia.
-
Ausencia de apoyo socio-familiar y otras emergencias psicosociales.
- Dudoso
cumplimiento del tratamiento ambulatorio, fracaso terapéutico o necesidad de empleo
de medidas terapéuticas no disponibles en los recursos ambulatorios.
Las
recomendaciones que deben seguirse en la atención y tratamiento de los
pacientes psicóticos en la urgencia psiquiátrica son:
Información:
Es
importante obtener la mayor cantidad de información posible antes de evaluar al
paciente, ya que permite orientar nuestra actuación y preparar mínimas medidas
de seguridad si fuesen precisas.
Abordaje:
Abordar
al paciente proporcionando un clima empático, con baja estimulación sensorial, estableciendo
los límites y el marco de la relación de forma clara y comprensible.
Caracterización
del proceso:
Caracterizar
el episodio actual que motiva la asistencia a urgencias. Es importante determinar
el perfil cronológico de instauración de la sintomatología, la posible
existencia de factores precipitantes o de episodios clínicos previos similares.
Es imprescindible detectar la presencia de datos clínicos que sugieran
enfermedad orgánica como origen del cuadro. Si existen dudas es fundamental la
realización de una exploración física con pruebas básicas de laboratorio e
incluso neuroimagen.
Valoración
del tratamiento ambulatorio:
Determinar,
una vez descartada la etiología orgánica del proceso, la actitud que debe seguirse
en función de la naturaleza del episodio actual. Factores que deben tenerse en
cuenta de cara a valorar el tratamiento ambulatorio son:
- La
existencia de apoyo familiar.
- La
ausencia de comorbilidad con consumo de tóxicos.
- Respuesta
adecuada a fármacos en episodios previos y buen cumplimiento terapéutico.
-
Ausencia de riesgo auto o heteroagresivo.
Actuación Terapéutica
El
tratamiento inicial es similar en las psicosis que venimos discutiendo. El
objetivo es lograr una compensación del estado mental agudo para instaurar un
tratamiento de mantenimiento.
La
aparición de sintomatología psicótica alucinatorio-delirante en un paciente sin
diagnóstico previo obliga a la realización de un diagnóstico diferencial
inicial e urgencias. Es importante determinar la existencia de antecedentes
familiares de psicosis, la identificación de sintomatología prodrómica, la
existencia de factores de estrés psicosocial, el consumo de tóxicos, los
factores de personalidad y el funcionamiento socio-familiar pre-mórbidos, etc.
Ante el inicio de un episodio psicótico suele merecer la pena la
hospitalización para realizar un estudio neuropsiquiátrico detallado y
conseguir un control sintomático rápido.
Cuando el
paciente tiene un diagnóstico previo de psicosis (esquizofreniforme, esquizoafectiva,
trastorno delirante), hay que determinar si el proceso actual es similar a descompensaciones
previas, si existen otros factores que pueden distorsionar el cuadro clínico, identificar
precipitantes y documentar tratamientos previos junto con su efectividad. La evaluación
del estado clínico del paciente, sopesando factores protectores a nivel
sanitario y social en el medio ambulatorio frente a beneficios de una
hospitalización breve orientarán a la toma de decisiones.
En cuanto
al tratamiento, es preciso reinstaurar el tratamiento antipsicótico en el caso de
que lo haya abandonado, evaluando el motivo del abandono. En pacientes que no
habían recibido tratamiento previamente debe instaurarse tratamiento con antipsicóticos:
-
Haloperidol en dosis de 3-10mg/día
-
Risperidona en dosis de 3-9mg/día
-
Olanzapina en dosis de 10-30mg/día
-
Quetiapina en dosis de 700-1000mg/día
-
Amilsulpride en dosis de 800mg/día.
Lógicamente,
las dosis iniciales y de mantenimiento deberán ajustarse en función de la intensidad
de la sintomatología y las características del paciente. Para facilitar el
control de la ansiedad-angustia puede ser precisa la adición de otros fármacos,
principalmente benzodiacepinas en dosis variables, sobre todo durante el inicio
de los episodios agudos.
Cuidados de Enfermería
- Evitar
que el paciente se dañe a sí mismo, a los demás o a los objetos.
Proporcionar
supervisión para proteger al enfermo, pero evitar estar “encima” de él.
Buscar
datos que indiquen que el paciente se encuentra alucinando (por ejemplo,
intentos de escuchar sin razón manifiesta, hablar con “alguien” cuando no hay
nadie presente, mutismo, expresión facial inapropiada).
-
Interrumpir el patrón de alucinaciones del enfermo.
Percatarse
de todos los estímulos del ambiente, incluyendo los sonidos que proceden de
otros cuartos (Ej., la televisión o el sonido de aparatos de radio procedentes
de áreas vecinas).
Tratar
de disminuir los estímulos o pasar al enfermo a otras áreas.
Evitar
conducir al paciente a que crea que sus alucinaciones son reales.
No
conversar con “voces” o de alguna otra forma reforzar la creencia del paciente
de que sus alucinaciones son parte de la realidad.
Comunicarse
verbalmente con el enfermo en términos directos, concretos y específicos.
Evitar la gesticulación, las ideas abstractas y darle oportunidad de elegir.
- Animar
al enfermo a que tenga contacto con personas reales, interactúe con las mismas
y desempeñe actividades.
Responder
verbalmente a todo lo que el paciente hable que sea acorde a la realidad; reforzar
su conversación cuando se refiere a la realidad actual.
Animar al
enfermo a hacer que los miembros del equipo de trabajo se percaten (le las
alucinaciones cuando éstas acaecen o interfieren con la capacidad del enfermo
para conversar o efectuar actividades.
Si el
paciente tiene el aspecto de estar alucinando ganar su atención y proporcionar
una conversación o una actividad concreta de interés.
Mantener
una conversación con temas sencillos y básicos para proporcionar una base en la
realidad.
Brindarle
la posibilidad de llevar a cabo actividades fáciles de ejecutar y con
cumplimientos realistas (por ejemplo, proyectos de tejido o de fabricación de
objetos de artesanía).
Si el
paciente lo tolera, utilizar medios táctiles (palmear su espalda) en una forma
que no parezca una amenaza, a fin de darle también una base de apoyo en la
realidad; permitirle también que toque el brazo o la mano de la enfermera.
-
Disminuir el miedo, la ansiedad o la agitación del enfermo.
Brindar
un ambiente estructurado con la mayor cantidad de actividades sistemáticas en
cuanto sea posible. Explicar cuando se tengan que llevar a cabo cambios
inesperados. Hacer clara la exposición de las expectativas del cuerpo de enfermería
para que el paciente las entienda en términos sencillos y directos.
Permanecer
alerta en busca de signos de incremento del miedo, ansiedad o agitación para
intervenir oportunamente e impedir que el paciente se lesione, lastime a otros
o destruya objetos.
Intervenir
en forma personal o con aislamiento y medicación por razón necesaria (si es que
ha sido prescrito por su médico) en forma apropiada.
Evitar
“acorralar al paciente” ya sea en forma física o verbal.
Permanecer
realista en las expectativas del paciente; no esperar más (ni menos) de lo que
éste puede dar.
Fomentar
una relación de confianza.
- Ayudar
al paciente a expresar miedo, ansiedad o cualquier otro sentimiento que
perciba.
Animar
al paciente a que exponga sus sentimientos; primero, en forma personal, después
en pequeños grupos y más adelante en grupos mayores según lo tolere.
Ayudar
al enfermo a que busque y conozca formas de aliviar su ansiedad cuando pueda
verbalizar dichos sentimientos.
- Ayudar
al paciente a aliviar su culpa, remordimiento o vergüenza cuando recuerde su
conducta psicótica.
Animarlo
a exponer sentimientos; mantener una actitud de apoyo.
Mostrar
aceptación de la conducta del enfermo, del paciente como persona; no hacer
bromas ni juzgar su conducta.
- Ayudar
al paciente a anticipar formas mediante las cuales encare posibles recidivas de
las alucinaciones
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