Introducción
La encefalopatía hepática es
un cuadro clínico que comprende una gran variedad de trastornos neuropsiquiátricos,
originados por la acumulación sanguínea de sustancias nitrogenadas que no
pueden metabolizarse en el hígado por insuficiencia hepatocelular o por comunicaciones
portosistémicas. Se diferencia en 3 tipos:
• Tipo A: relacionada con el fallo
hepático agudo grave.
• Tipo B: relacionada con conexiones
portosistémicas sin alteraciones hepáticas.
• Tipo C: relacionada con cirrosis
con HTP o shunt portosistémicos.
Están implicadas diferentes
sustancias neurotóxicas como amoniaco, manganeso, aminoácidos ramificados,
falsos neurotransmisores, sistema inhibidor GABA, etc.
Puede aparecer tanto en enfermedad
hepática aguda como crónica y es potencialmente reversible. Puede presentarse
de forma episódica, recurrente, persistente o mínima, la cual presenta una
clínica tan leve que sólo puede detectarse por pruebas psicométricas. Se estima
que aparece en el 30-45% de los pacientes cirróticos y en el 10-50% de los
pacientes con TIPS.
Clínica
La clínica incluye un amplio rango
de síntomas y permite diferenciar la gravedad del cuadro en diferentes grados.
Ningún síntoma es específico.
Grado I Euforia o ansiedad, cambios en el
comportamiento, disminución de atención,
trastornos del sueño, bradipsiquia,
dificultad para sumas simples.
Grado II Letargia o apatía, leve
desorientación témporo-espacial, comportamiento inadecuado,
cambios de personalidad, dificultad
para restas simples.
Grado III Somnolencia o semiestupor
manteniendo respuesta a estímulos verbales, agresividad,
hiperreflexia, clonus, intensa
desorientación o confusión.
Grado IV Coma, hiporreflexia, hipotonía.
Diagnóstico
1º Anamnesis
En muchas ocasiones es necesario
recoger la información de la familia. Debe sospecharse en todo hepatópata con
cambios de conducta o disminución del nivel de consciencia. Debe realizarse la
recogida de antecedentes personales, búsqueda de factores desencadenantes, tiempo
de instauración de la encefalopatía, etc.
2º Exploración física
Debe realizarse una exploración
neurológica completa y exhaustiva para descartar focalidad neurológica.
Puede presentar agitación, y
asterexis en grado II-III, además de otros estigmas de hepatopatía, fetor
hepático, ictericia o ascitis. Debe realizarse siempre un tacto rectal para
descartar sangrado.
3º Búsqueda de factores
desencadenantes
Hemorragia digestiva
Diuréticos
Estreñimiento
Trastornos electrolíticos
Insuficiencia renal
Infecciones
Dieta hiperproteica
Anemia, hipoxia, hipotensión
Analgésicos, sedantes
Alcohol, TIPS, cirugía
4º Pruebas complementarias
Bioquímica: glucosa,
urea y creatinina (valorar función renal), iones (descartar trastornos electrolíticos),
bilirrubina y transaminasas si sospecha de IHAG.
Hemograma:
valorar anemia, pancitopenias, leucocitosis, etc.
Coagulación: valorar presencia de
coagulopatía.
Amoniaco: su utilidad es limitada.
Puede aparecer elevado en cualquier paciente cirrótico sin presentar
encefalopatía y sus valores no se relacionan con la evolución. Puede ser útil en
pacientes sin evidencia de hepatopatía que presente alteración del estado
mental.
Rx tórax y abdomen: valorar
neumonías, suboclusión, ascitis, etc.
Sistemático de orina y tóxicos:
descartar infecciones e intoxicación.
Paracentesis diagnóstica: si presenta
ascitis debe realizarse siempre para descartar PBE.
Gasometría arterial basal si
presenta disnea.
TAC craneal: a valorar ante la
sospecha de patología neurológica, traumatismo craneal y disminución del nivel
de consciencia.
Punción lumbar: a valorar si
presenta fiebre, leucocitosis inexplicada y algún signo de irritación meníngea.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Como para el diagnóstico de
encefalopatía hepática no existe ninguna prueba específica ni signo
patognomónico, el diagnóstico es de exclusión y deben descartarse otras causas
de encefalopatía:
• Encefalopatías de causa:
– Urémica
– Hipoxémica
– Hipercápnica
– Hipoglucémica
• Hematomas subdurales/meningitis
• Tumores/abscesos/hemorragias
cerebrales
• Síndrome de abstinencia
alcohólica
• Intoxicaciones
• Síndrome de Wernike-Korsakoff
• Trastornos hidroelectrolíticos
• Histeria
Tratamiento
Medidas generales
• En caso coma valorar intubación
orotraqueal para prevenir aspiraciones y complicaciones respiratorias.
• SNG en encefalopatía grado III-IV.
• Dieta absoluta y sueroterapia si
existe bajo nivel de consciencia.
• Dieta normoproteica (0,8-1
g/kg/día) si buen nivel de consciencia, ya que la restricción proteica puede
empeorar la encefalopatía y disminuir la supervivencia por la pérdida de masa muscular.
Se han observado mejores resultados con proteínas de origen vegetal y ricas en aminoácidos
ramificados, en varias tomas evitando, ayunos prolongados.
• Si agitación: medidas para evitar
autolesiones. Evitar en lo posible la administración de sedantes, ya que puede
empeorar la encefalopatía.
Medidas para reducir amoniemia
• Disacáridos no absorbibles:
La lactulosa o lactitol se
metabolizan en el colon, aumentando los ácidos grasos de cadena corta que
disminuyen el pH local que dificulta la absorción del amoniaco al pasar a
amonio.
A su vez favorecen el crecimiento
de una flora intestinal más favorable y producen una aceleración del tránsito
intestinal.
Lactulosa vía oral o SNG: 20g (2
sobres) cada 6-8H, modificando dosis para conseguir 2-3 deposiciones diarias.
Lactitol 70-100g en 100ml de agua.
Enemas de lactulosa (200g en 700ml
de agua) cada 8-12H, especialmente indicados en encefalopatía grado IV.
Efectos secundarios: flatulencia,
dolor abdominal, hipernatremia, hipokaliemia, etc, se inactivan parcialmente
por los antiácidos.
• Antibióticos no absorbibles:
Su mecanismo de acción es intentar
destruir la flora proteolítica productora de amoniaco.
Su uso se reserva para cuando no se
obtiene respuesta con los disacáridos en las primeras 24-48H.
La rifaximina se administra 400mg VO
cada 8H; es el antibiótico que ha demostrado ser tan eficaz como la lactulosa.
Además, ha demostrado que su uso disminuye el riesgo de recidiva y las tasas de
ingreso.
Otros antibióticos eficaces son la
paromomicina 1/2 frasco cada 6H VO o por SNG o la neomicina 2-4g repartidos en
24H VO.
Sobre la vancomicina oral o
metronidazol existen menos estudios sobre su eficacia.
• L-ornitina L-aspartato: es una sal
estable de aminoácido, que es convertido a glutamato que reduce la
concentración de amonio por parte del hígado y músculo. Pocos estudios con un
efecto no superior a lactulosa.
• Benzoato de sodio, suplementos de
zinc, probióticos: existen todavía pocos estudios sobre su eficacia
• Terapias de
detoxificación: diálisis con albúmina (MARS) en los casos de insuficiencia
hepática aguda grave y en las agudizaciones severas de una hepatopatía crónica.
Parece que mejora la encefalopatía, pero queda por definir su efecto sobre la
supervivencia. Se plantea como terapia “puente” hacia el trasplante hepático.
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