TÉCNICA
DE APLICACIÓN DE BLOQUEO DE NERVIOS LARÍNGEOS
Bloqueo del nervio
laríngeo superior: se coloca al paciente en posición supina, colocándole un
rodillo debajo de los hombros, con el cuello hiperextendido para exponer las
estructuras anatómicas que conforman los cuernos mayores del hueso hioides,
luego se localiza el cartílago tiroides y se palpan los cuernos mayores del
hueso hioides, se desplaza el mismo hacia el lado que va a ser bloqueado, sujetando
el hioides entre los dedos índice y pulgar; se introduce una aguja corta
calibre 25 hasta contactar con el cuerno mayor del hueso hioides, se inyecta 5
ml de lidocaína al 2% simple, siempre aspirar antes de inyectar el anestésico
local. Se repite el mismo procedimiento en el lado opuesto.
Bloqueo
del nervio laríngeo inferior:
se procede a localizar cartílago tiroides, anillo cricoide, luego se palpa el
espacio cricotiroideo. Se inserta un catéter intravenoso Nº 20 en la línea
media, en dirección posterior y caudal; la presencia de la aguja en la luz
traqueal se comprueba mediante la aspiración de burbujas de aire en la jeringa
que contiene 8ml de suero fisiológico. Se retira la aguja, que se encuentra
dentro del catéter, se avanza el catéter unos milímetros, aspirando de nuevo
para confirmar la posición en la luz traqueal; y se inyecta 10ml de lidocaína
al 1%.
Anestesia
de la lengua y orofaringe:
por último, se anestesia la lengua y la orofaringe con spray de lidocaína al
10%.
El paciente
politraumatizado se considera con estómago lleno, algunas condiciones como el
abuso de alcohol, el abuso de fármacos o el embarazo retardan el vaciamiento gástrico,
por lo que hay mayor riesgo de broncoaspiración por lo que se debe vaciar
adecuadamente el estómago con una sonda orogástrica o nasogástrica, también
usando agentes como metroclopramida, droperidol, antiácidos y bloqueadores H2;
la metroclopramida reduce el vaciamiento gástrico, la cimetidina, ranitidina y
famotidina inhiben la secreción ácida, el antiácido más utilizado es el citrato
sódico, también se ha sugerido el uso de anticolinérgicos, como la atropina,
para reducir la acidez y el volumen gástrico. La posición del paciente también
es importante, se debe colocar, en los casos en los que sea posible, en
decúbito lateral derecho con la cabeza hacia abajo para favorecer que fluya el
vómito, o bien, una inclinación de la cabeza de 40 grados hacia los pies evita la
regurgitación, también es útil la maniobra de Sellick o presión cricoidea al
realizar la intubación orotraqueal para evitar la regurgitación.
Existen protocolos y
algoritmos para el manejo de la vía aérea, pero éstos son para pacientes
quirúrgicos programados; en el caso de un paciente politraumatizado, el tiempo para
completar el tratamiento de una vía aérea definitiva es limitado, hay menos
tiempo para preparar las técnicas de tratamiento y la presencia de otras
lesiones puede interferir con el mismo.
MANIOBRAS
NO INSTRUMENTADAS PARA EL MANEJO DE LA VÍA AÉREA
Los protocolos del
ATLS están dirigidos al manejo con base en la abreviatura XABCDE para la
evaluación inicial. La oxigenación adecuada del paciente politraumatizado es la
máxima prioridad, pero, ante la posibilidad de una fractura inestable de la
columna cervical, se debe utilizar técnicas que minimicen el movimiento de la
misma. De las tres maniobras ampliamente aceptadas para abrir la vía
respiratoria, sólo dos aplican para los pacientes traumatizados; se debe evitar
la maniobra de flexión cefálica, para elevar el mentón se debe sujetar la base
del maxilar inferior, empujando suavemente hacia arriba para mover el mentón
hacia adelante, al mismo tiempo se desplaza el labio inferior hacia abajo para
abrir la boca; un ayudante debe sujetar firmemente la cabeza del paciente para
evitar su movimiento.
También se puede
realizar la maniobra llamada «tirón mandibular», donde se utilizan ambas manos
para empujar los ángulos de la mandíbula hacia adelante bilateralmente; en caso
necesario, utilizar cánulas orofaríngeas y nasofaríngeas. Se debe proporcionar en
todo momento oxígeno suplementario en todo paciente traumatizado, ya sea por
puntas nasales, o mascarilla facial con reservorio, la cual debe ser
transparente para observar si hay regurgitación gástrica, ya que el paciente
traumatizado se considera con estómago lleno.
Las Guías de la
Sociedad Americana de vía aérea difícil (DAS) del 2015 refieren que, ante un
deterioro respiratorio, se debe ventilar al paciente con mascarilla facial y
proceder a intubación orotraqueal, pero, cuando esto no es posible, se puede
insertar un dispositivo supraglótico y ventilar al paciente; si esto no es
posible se deberá considerar despertar al paciente, o bien, traqueostomía o
cricotirotomía, o seguir ventilando al paciente con mascarilla facial; si esto
no se logra, realizar un acceso cervical frontal de urgencia.
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