Se produce por invasión directa
del espacio epidural por una masa tumoral (tumor primario/metastásica),
destrucción/aplastamiento de los cuerpos vertebrales, o por atrapamiento de la
médula o raíces nerviosas.
Puede producirse por cualquier
tumor siendo los más frecuentes: mama, pulmón y próstata; menos frecuentes:
mieloma, linfomas, sarcomas.
Las causas más frecuentes son por
afectación metastásica (90%):
• Metástasis óseas, con/sin masa de
partes blandas asociada
• Metástasis meníngeas
• Metástasis intramedulares
Clínica
El dolor suele ser el
síntoma más frecuente e inicial precediendo en el tiempo a los síntomas
neurológicos.
El dolor empeora con los
movimientos, maniobras de Valsalva, espino-percusión sobre apófisis espinosas.
La pérdida de fuerza en extremidades de predominio inferior, se presenta en el
80-85% de los pacientes.
Las alteraciones motoras (paresia)
aparecen en el 60-80% de los casos y es el que suele motivar la consulta
urgente del paciente. Posteriormente aparecen otros síntomas neurológicos como
pérdida de sensibilidad.
El nivel sensitivo puede aparecer
de uno a cinco niveles por debajo del nivel de la compresión, en forma de
parestesias o entumecimiento. La impotencia, incontinencia o retención es un
síntoma tardío y se asocia con peor pronóstico.
Diagnóstico
Lo más importante es una buena
anamnesis y exploración neurológica.
RX columna: es poco sensible. Puede mostrar
lesiones óseas características (erosiones de los pedículos, osteolisis,
aplastamientos vertebrales) o ser completamente normal.
TAC columna: es más sensible. Indicada
solamente en el caso de no poder realizar resonancia magnética (RMN) urgente.
RMN columna: es la prueba de elección. Tiene
una elevada sensibilidad y especificidad, alcanzando una precisión diagnóstica
del 95%. Se recomienda realizar RMN de toda la columna al ser frecuente la
afectación a varios niveles.
Tratamiento
Es muy importante iniciar el
tratamiento de manera precoz porque la evolución del paciente depende del
estado neurológico que presente al inicio del tratamiento. Si el paciente
presenta >24H de clínica instaurada, la capacidad de recuperación disminuye
a un 10%.
Tratamiento sintomático: control del dolor, prevención del
estreñimiento, valoración de profilaxis de trombosis venosa.
Corticoides: un bolo inicial de dexametasona 100mg
iv seguido de 24mg/6H iv durante 2-3 días y a continuación una pauta
descendente durante 10 días. No existe una dosis consensuada en la literatura.
Cirugía: ante inestabilidad vertebral,
histología desconocida, tumor radiorresistente, lesiones en menos de tres
cuerpos vertebrales, empeoramiento clínico o durante la RT, única localización
de la compresión y en los que la compresión en el único síntoma de su tumor.
Radioterapia: debe iniciarse lo más pronto
posible, en pacientes no candidatos a cirugía, así como en aquellos sometidos a
descompresión quirúrgica. Descomprime tejido nervioso, disminuye el déficit
neurológico en un 60% de los casos; revierte la paresia en un 15%, controla el
dolor en un 70% y estabiliza la progresión local neoplásica.
Quimioterapia: indicada en tumores quimio-sensibles,
tales como neuroblastoma, tumores germinales o linfomas. También se emplea en
la recidiva de la compresión medular en los que la primera actitud terapéutica
fue cirugía y/o radioterapia.
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