El ácido sulfhídrico
(H2S) es un gas de acción rápida, muy tóxico, incoloro, muy
irritante, inflamable y con un peso mayor que el aire por lo que tiende a
ocupar las zonas más bajas del lugar donde sea liberado. Es maloliente con un
característico olor a huevos podridos, que sólo es posible detectar a bajas concentraciones.
Por encima de 50ppm en el aire respirado se produce una parálisis del nervio
olfatorio que produce anosmia.
Las principales
fuentes de exposición son a partir de la descomposición de la materia orgánica que
contiene azufre. La intoxicación es siempre secundaria a la exposición laboral
en la industria petroquímica durante el refinado y búsqueda de gas y petróleo,
en minas, fábricas de viscosa y rayón, de papel, de pegamento, fertilizantes,
en la producción de agua pesada para los reactores nucleares, en cloacas, fosas
sépticas y pozos negros.
Clínica
Dadas las
características del tóxico la clínica es doble, a bajas concentraciones en
exposiciones prolongadas produce una acción local irritante, y a dosis elevadas
efectos sistémicos muy graves que aparecen rápidamente.
Las manifestaciones
neurológicas más frecuentes son síncope, coma, focalidad neurológica, cefalea,
agitación, somnolencia, convulsiones, opistótonos, mareo. El síntoma más
frecuente es la disminución transitoria del nivel de consciencia que aparece en
el 75% casos, brusco y que se suele acompañar de recuperación espontánea, sobre
todo si se retira rápidamente al intoxicado de la fuente de exposición. Por
efecto irritativo sobre la mucosa respiratoria el paciente presenta tos,
disnea, hemoptisis, dolor torácico, edema pulmonar. Por efecto directo sobre el
centro respiratorio se puede producir apnea, la cual no se recupera
espontáneamente aunque sea apartado el enfermo del foco de intoxicación, por lo
que si no es rápidamente atendido el intoxicado sufrirá parada cardiaca y
muerte. La cianosis que aparece en estos pacientes se produce por la
insuficiencia respiratoria secundaria al edema pulmonar, hipoperfusión secundaria
a la hipoxia y por la unión del SH2 a la hemoglobina. Por la hipoxia
que se produce pueden aparecer alteraciones cardiovasculares (arritmias,
isquemia miocárdica e hipotensión).
Otros síntomas son
náuseas, vómitos, fotofobia, queratoconjuntivitis.
Valoración
inicial y diagnóstica
El diagnóstico
viene dado por la clínica y la exposición laboral, ya que no se dispone de
forma general de determinación del tóxico en sangre.
• Sistemático de
sangre y bioquímica general.
• GAB: la PO2
puede ser normal, sin embargo, es frecuente la hipoxia secundaria a la
insuficiencia respiratoria.
• Rx tórax: edema
pulmonar.
• TAC craneal:
lesiones a nivel de los ganglios basales.
Tratamiento
• Retirada rápida
del enfermo del ambiente contaminado. Permeabilidad de la vía aérea. El soporte
vital avanzado es esencial debido a la frecuencia con que se presenta apnea.
Administrar siempre oxígeno al 100%, aunque por si sólo no afecta a la
evolución de la intoxicación por SH2.
• Soporte
hemodinámico (la hipotensión se trata con volumen) y tratamiento de las
complicaciones: convulsiones, náuseas, vómitos, arritmias e isquemia cardiaca.
• Dada la similitud
de acción del SH2 con el cianuro se ha utilizado como antídoto los
nitritos, sin embargo, su uso es controvertido (la metahemoglobina retrasa la
oxidación del sulfuro).
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