El dolor torácico agudo se define
como toda sensación álgica de instauración reciente en la región comprendida
entre el diafragma y la base del cuello. Es uno de los problemas más frecuentes
en los servicios de Urgencias. Por ello requiere de un enfoque y diagnóstico
rápido, de cara a la identificación inmediata de posibles patologías que impliquen
verdadero riesgo vital.
Etiología y Clasificación
Las causas son múltiples y variadas, e incluyen un espectro de patologías extenso con
distintas implicaciones pronósticas. Se pueden clasificar diferenciando las que
conllevan un potencial riesgo vital de las que no, o bien en función del
sistema u órgano en el que se originan.
Causas con potencial riesgo
vital:
- Síndrome coronario agudo.
- Disección aórtica.
- Tromboembolismo pulmonar (TEP).
- Neumotórax.
- Taponamiento cardiaco.
- Mediastinitis.
- Neumonía.
- Algunas patologías abdominales (pancreatitis, perforación de víscera hueca, colecistitis).
Manifestaciones Clínicas
Diagnóstico y Pruebas Complementarias
Anamnesis:
Dolor:
Características:
instauración (brusca o progresiva), duración, intensidad, localización, tipo
(opresivo, pleurítico, mecánico), desencadenantes (esfuerzo, ingesta,
movimientos, estrés) y atenuantes (mejoría con el reposo, nitratos, antiácidos,
cambios posturales
Síntomas acompañantes: cortejo
vegetativo, disnea, tos, fiebre, síncope.
Factores de riesgo:
Cardiovasculares: HTA,
diabetes mellitus, dislipemia, tabaquismo.
Hipercoagulabilidad:
inmovilización, tabaquismo, fármacos, cirugías recientes.
Patologías de base,
antecedentes familiares.
Exploración física:
Constantes vitales:
tensión arterial, frecuencia cardiaca, temperatura, frecuencia respiratoria, saturación.
General: estado
general, perfusión, hidratación, coloración.
Cabeza y cuello:
presencia de ingurgitación yugular, auscultación carotídea.
Tórax: palpación,
auscultación cardiaca (ritmo cardiaco y soplos) y pulmonar (murmullo vesicular,
presencia de roncus o sibilancias).
Abdomen: palpación
(dolor, masas o megalias), ausculatación (soplos abdominales).
Extremidades: edemas u
otros signos de trombosis venosa profunda, pulsos.
Pruebas complementarias: en
función de la sospecha clínica, valorar la realización de:
Analítica: hemograma,
coagulación (considerar dímero D) y bioquímica (considerar enzimas cardiacas,
perfil hepático y PCR).
EKG: se ha de realizar
en todos los pacientes con dolor torácico agudo, sea cual sea la sospecha. Se
debe prestar especial atención a las alteraciones en el segmento ST y onda T en
dos o más derivaciones, datos de sobrecarga derecha o patrón SI, QIII, TIII,
presencia de arritmias o bloqueos.
Radiografía de tórax:
se debe prestar especial atención a la presencia de líneas de neumotórax,
ensanchamiento mediastínico, derrame pleural, signos de insuficiencia cardiaca,
infiltrados pulmonares y fracturas.
Valorar otras pruebas
complementarias: ecocardiograma, TAC, ecografía.
Tratamiento
Objetivos: estabilización del
estado hemodinámico: reposo, permeabilidad de la vía aérea, oxigenoterapia,
monitorización de constantes vitales, monitorización ECG, fluidoter apia, drogas
vasoactivas, vasodilatadores.
Tratamiento etiológico: según la
causa.
Tratamiento sintomático:
analgesia, antiarrítmicos, antitérmicos, etc.
Destino del Paciente
Patología grave con
potencial riesgo vital: área de Observación de urgnecias vs unidad de Cuidados Intensivos.
Patología que requiera
estudio y tratamiento: ingreso en camas de hospitalización vs estudio
ambulatorio, en función de los criterios de ingreso de cada patología.
Patología no grave que
no requiera más estudios con posibilidad de tratamiento en domicilio: alta
definitiva.
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