Definición y Características
Generales
Es una urgencia médico-quirúrgica
definida por el desgarro de la intima y de las capas internas de la media, que
puede afectar a la aorta torácica, abdominal y eventualmente a sus ramas, en un
plano de clivaje longitudinal.
No hay un mecanismo
común para todos los casos de disección aórtica pero en la mayoría se demuestra
una puerta de entrada y un colgajo intimo-medial, por ello la concepción actual de
la disección propone un concepto evolutivo y cambiante que lo integra dentro
del síndrome aórtico agudo (SAA).
El SAA se define
como los procesos de la pared aórtica que afectan a la capa media y que condicionan
un riesgo potencial de ruptura y de otras complicaciones. Está constituido por:
1. Disección
aórtica.
2. Hematoma
intramural.
3. Ulcera
penetrante.
4. Procesos mixtos.
Existen diversas
clasificaciones de disección aórtica-SAA, lo que facilita la descripción, siendo
las de De Backey ó de Stanford las de uso habitual. Por su mayor sencillez nos
referiremos aquí a la de Stanford:
TIPO A o PROXIMAL:
todas las disecciones que afectan a la aorta ascendente, con independencia de
la extensión y localización del desgarro intimal.
TIPO B o DISTAL: la
aorta ascendente no se ve afectada.
En relación al
tiempo de evolución puede clasificarse en disección aórtica aguda se refiere a
los pacientes cuyos síntomas tienen menos de 14 días de evolución, para los que
tienen mayor duración, la disección se considera crónica.
Síntomas Guía y Signos
Exploratorios
El dolor es el
síntoma principal, más frecuente (95% de la disecciones). Es un dolor torácico atípico,
retroesternal, intenso, interescapular, migratorio, con posible irradiación
según zonas de afectación a cuello o mandíbula por afectación de aorta
ascendente o zona lumbar o abdomen (epigastrio) si afectación distal. Es
espontáneo o provocado por un esfuerzo.
La HTA conocida
completa el cuadro clínico más habitual (60-90% de disecciones), más asociada
con la distal, aunque es posible no detectarla en ∫el examen físico a causa del
dolor o del shock, encontrando hipotensión verdadera, más frecuente en
afectación proximal.
Menos frecuentes son
la ausencia de pulsos (50% en proximal y 15% en distales), insuficiencia aórtica
(50-60% en proximales), manifestaciones neurológicas: 6-19% (ACVA o paraplejia)
o IAM (1-2%).
Abordaje Diagnóstico
El pronóstico del
SAA-disección aórtica depende del tiempo que transcurra desde su formación hasta
el diagnóstico y tratamiento, por ello establecer una estrategia diagnostica
adecuada mejora la evolución de la enfermedad y ayuda a localizar la puerta de
entrada.
Tras la sospecha
clínica por los síntomas referidos previamente, en ausencia de alteraciones en
ECG sugestivas de síndrome coronario agudo (EKG normal o inespecífico-cambio ST>0,05mV
u onda T negativa<0,2mV, ausencia de sobrecarga derecha-onda T negativa de
V1-V4), enzimas cardiacas normales tras más de tres horas de inicio de
síntomas, se debe realizar un TAC toracoabdominal multicorte, con contraste
yodado y sin contraste baritado. La cocardiografía transtorácica y
transesofágica será de elección ante un paciente con TAC de sospecha sin
confirmación definitiva. En las disecciones tipo A la puerta de entrada suele
estar en aorta ascendente, unos centímetros por encima de las válvulas
sigmoideas. La Rx de tórax puede mostrar el ensanchamiento del mediastino en más
del 59% de SAA, ser normal en el 12%. En caso de hematoma intramural la RMN
será la técnica que determine la antigüedad del hematoma. La indicación de
angiografía es discutida, ya que ante un diagnostico evidente por otros medios
puede retardar el inicio de tratamiento aunque puede ser interesante a la hora
de planear un tratamiento endovascular.
Estratificación del Riesgo.
Actitud inicial
Ante todo paciente
con SAA se consultará con el cirujano cardiovascular o vascular en función de
la localización de la lesión y con el médico intensivista. La ubicación del
paciente será en UCI.
Los cuidados
iniciales serán monitorización cardiaca, tensión arterial y vía periférica de
buen calibre.
Tratamiento
Tratamiento del
síndrome aórtico agudo:
Tratamiento
del dolor. Es
aconsejable el uso de sedación/analgesia a la vez.
• Perfusión de
cloruro mórfico iniciar 1-2mg/h.
• Evitar el propofol,
por el efecto hemodinámico.
• Si resulta
intratable usar bolos de fentanilo.
Si agitación:
• Descartar
afectación neurológica.
• Perfusión de
haloperidol 1 mg/h.
• Midazolan 1 mg en
10seg y 5mg en 30seg para la sedación.
• Si resulta
intratable usar bolos de fentanilo.
• Si llega a ser
necesario, proceder a la intubación orotraqueal y sedoanalgesia. Realizar la
inducción con ketamina.
Tratamiento
de la hipertensión arterial.
El objetivo del tratamiento médico es evitar la progresión de la disección. En
pacientes sin hipertensión ni dolor, administrar β-Bloqueantes (atenolol 25mg/12H).
En pacientes hipertensos mantener la TA <120mmHg de sistólica y <80mmHg
de diastólica con buena perfusión periférica y diuresis conservada. En los
pacientes con hipertensión administrar labetalol iv. (1mg/min). En caso de
contraindicaciones para el uso de β-Bloqueantes administrar Diltiazem (25mg.
iv. mediante inyección en bolo y posteriormente en perfusión continua. En los
pacientes con afectación renal administrar IECA, y diuréticos solo si se
confirma normovolemia.
Tratamiento
quirúrgico/endovascular de la disección aórtica aguda tipo B. Las indicaciones de estos
tratamientos deben individualizarse caso a caso por un equipo multidisciplinar que
establecerá la indicación y la técnica más apropiada: cirugía abierta vs. Endoprótesis
aórtica. En general se aceptan las siguientes:
• Dolor intenso
(sólo si se ha conseguido un buen control de la TA) y refractario al
tratamiento médico o reaparición del dolor torácico/lumbar a pesar del
tratamiento médico intensivo.
• Sangrado
importante en cavidad pleural, hemomediastino, hematoma periaórtico o retroperitoneo
(caída del hematocrito igual o superior a 10 puntos en menos de 24H) con
evidencia de sangrado por una técnica de imagen.
• Compromiso
circulatorio mantenido de troncos supraaórticos, de las arterias renales
(oligoanuria una vez descartada la hipovolemia) o de compromiso grave del flujo
a alguna de las extremidades inferiores.
• Crecimiento
significativo del diámetro de la aorta por técnicas de imagen.
• Sospecha de
erosión o compresión de alguna estructura que represente un peligro para la
vida (síndrome de vena cava superior, hemoptisis no justificada por otras
causas, compresión de un bronquio principal o de segundo orden, cuadro
abdominal sospechoso de ser secundario a la disección, etc).
Tratamiento
médico del síndrome aórtico crónico.
Se considera la
fase crónica a partir de la estabilidad clínica y habiendo transcurrido al menos
2 semanas desde el episodio agudo. Es fundamental un correcto control de la
hipertensión arterial y de los factores de riesgo cardiovasculares. Como norma
general se recomendará evitar esfuerzos físicos intensos, sobretodo
isométricos, y competitivos.
El fármaco de
elección es un inotropo negativo, betabloqueante o alfa-betabloqueante, y, en
caso de contraindicación o intolerancia, diltiazem o verapamilo.
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