La atracción de la gravedad terrestre y los cambios bruscos de
velocidad, aceleraciones y desaceleraciones, pueden tener repercusiones de
manera proporcional a su intensidad, duración y dirección.
Las aceleraciones de arranque, positivas G(+) cabeza a pies, con una
intensidad de (+) 0’8g y la de cambio de
marchad, de (+) 0’3-0’5g, pueden producir hipotensión, taquicardia, cambios en
el segmento ST y alargamiento de la onda P del EKG.
De igual forma ocurren al tomar curvas, pro la aceleración transversa,
de la misma intensidad de la anterior. En pacientes hemodinámicamente
inestables, su estado puede agravarse llegando a la pérdida de conciencia por
hipoperfusión cerebral.
Los frenados o desaceleraciones bruscas producen aceleraciones negativas
G (-) de pies a cabeza, entre -0’5 y -0’9g pudiendo causar hipotensión y
bradicardia refleja, aumento de la presión venosa central aumento de la PIC y
en casos extremos paro cardiaco.
Puede también producir desplazamiento de órganos internos, produciendo síntomas
desagradables y pudiendo llegar incluso a su desinserción o rotura. Para paliar
estos efectos, la posición del paciente debería ser siempre en el sentido de la
marcha anclado con los cinturones de seguridad en la camilla que deben incluir
cinchas transversales y longitudinales para evitar el desplazamiento del paciente
en ambos sentidos.
Las vibraciones son energía en forma de onda, que pueden darse por
contacto directo (trepidaciones) y por contacto (trepidaciones) o indirecto
(ondas acústicas). Las vibraciones mecánicas que oscilan entre los 4-12Hz son
las más nocivas y pueden llegar a producir incluso roturas a nivel microvascular.
En politraumatizados y en situaciones de shock puede aumentar el riesgo
de hemorragias. Las vibraciones registradas en las ambulancias se encuentran
entre los 4-16Hz. Algunos de los síntomas descritos inducidos por este tipo de
vibraciones son: dolor torácico al ventilar, dolor abdominal, dolor mandibular,
dolor lumbosacro, tenesmo rectal y vesical, discreta disartria y cefalea.
Efecto de las vibraciones sobre el cuerpo
humano
Dolor al respirar
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1-3Hz
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Dolor abdominal
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4’5-10Hz
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Dolor torácico
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5-7Hz
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Dificultar para el habla
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6-8Hz
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Dolor lumbo-sacro
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8-12Hz
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Tenesmo vesical
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10-18 Hz
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Tenesmo rectal
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10’5-16Hz
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Dolor de Mandíbula
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13-20Hz
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Cefalea
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13-20Hz
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El nivel de ruido se sitúa entre los 69-75db pudiendo aumentar en el paciente
la sensación de miedo y ansiedad, llegando a desencadenar reacciones de tipo
vegetativo. Las sirenas como señales acústicas de autoprotección y advertencia
deben tener entre 1-4Khz para ser sensibles al oído humano.
Su sonido debe ser fácilmente identificable y no ser confundido con otro
tipo de ruidos, con máxima audición a unos 12m de los puntos viarios
conflictivos y peligrosos, que sean lo menos molestas para la población (sobre
todo en horas de descanso), siendo aconsejable situar los altavoces de la
sirena sobre la parrilla central del vehículo y circular con las ventanilla
cerradas.
Hay que tener en cuenta que las vibraciones afectan a los diferentes aparatos
diagnósticos que van a bordo de la unidad, pudiendo aparecer artefactos en el
trazado de EKG, en los valores obtenidos de la tensión arterial, artefactar la
bomba de perfusión…
Los cambios de temperatura pueden perjudicar sobre todo a determinados
tipos de pacientes con problemas en su regulación de la temperatura corporal,
como enfermos cardiovasculares, recién nacidos, quemados y lesionados
medulares.
Medidas a tomar para evitar efectos de las
aceleraciones/desaceleraciones
- Conducción prudente y regular
- Material asegurado
- Usar bombas para drogas
- Posición del enfermo
- Salido amarre a la camilla
- Cinturón de seguridad
- Colchón de vacío
- Comunicación fluida con el enfermo/paciente
- Solido amarre a la camilla
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