Bradiarritmias
Se asocian a un
excesivo tono vagal o estímulos producidos por la intubación traqueal, reflejos
quirúrgicos y la anestesia espinal y epidural.
Blog sobre técnicas, procedimientos, cuidados enfermeros... en Urgencias y UCI
Bradiarritmias
Se asocian a un
excesivo tono vagal o estímulos producidos por la intubación traqueal, reflejos
quirúrgicos y la anestesia espinal y epidural.
Son el origen de la mayoría de complicaciones durante el período perioperatorio. No todas son graves (algunas son fisiológicas), las actuaciones terapéuticas vendrán encaminadas en función del tipo de arritmia, de la clínica que manifiesten, de la presencia o no de cardiopatía estructural y de su tolerancia.
Una arritmia es mal
tolerada cuando su desencadenamiento se asocie a muerte súbita, síncope,
hipotensión, bajo gasto, edema intersticial o alveolar pulmonar o síndrome
coronario agudo. En este caso, el tratamiento debe ser precoz para evitar
graves complicaciones que pueden comprometer, incluso la vida del paciente.
Siempre hay que tener presente
que las maniobras físicas, eléctricas y farmacológicas que vamos a emplear son
potencialmente arritmógenas.
La asociación de
antiarrítmicos y su utilización a dosis altas, además de incrementar el riesgo
de nuevas arritmias, pueden ocasionar depresión miocárdica e hipotensión.
El tratamiento estará dirigido
en primer lugar a lograr la estabilidad hemodinámica, después se buscará restaurar
el ritmo sinusal.
Laringoespasmo: Obstrucción de la vía aérea superior por una respuesta exagerada del reflejo de cierre glótico. Ocurre con más frecuencia durante la anestesia general superficial, en la inducción inhalatoria y en la intubación y extubación traqueal.
Broncoespasmo: Obstrucción reversible de la vía aérea inferior producida por hiperreactividad bronquial frente a un estímulo.
Hematoma sofocante: Implica una obstrucción de la vía aérea por compresión extrínseca y desplazamiento de estructuras vecinas y un compromiso vascular que puede dar lugar a un shock hipovolémico.
La broncoaspiracion pulmonar de contenido gástrico es una complicación de los procedimientos anestésicos, favorecida por la depresión de los reflejos protectores de la vía aérea, tos y reflejos faríngeos y de la disminución del nivel de consciencia.
La
mortalidad oscila entre un 3 y un 70%, dependiendo del pH y la cantidad aspirada.
La ventilación mecánica utilizada como soporte
respiratorio en reanimación es un método de sustitución temporal del sistema
ventilatorio normal.
Su objetivo es sustituir y mitigar
los defectos del sistema respiratorio hasta su normalización, consiguiendo unos
niveles aceptables de O2 y CO2 sanguíneos, evitando la hipoxemia
y la aparición de acidosis respiratoria.
La anestesia intenta minimizar los efectos nocivos de la cirugía, además de facilitarla y contribuir a solucionar los problemas que aparecen en toda intervención quirúrgica aunque también supone un trastorno de las funciones biológicas y de los refl ejos vitales, que requieren un tiempo para alcanzar la normalidad.
La mayoría de los pacientes el período que sigue al acto quirúrgico transcurre sin incidencias, se pueden producir complicaciones que comprometan la vida del paciente. Por este motivo, los pacientes anestesiados, hasta que recobran las funciones biológicas, son mantenidos en vigilancia continua en las denominadas Unidad de Recuperación Postanestésica (URPA) y Unidad de Reanimación (REA).
El paciente será trasladado a la
Unidad cuando se encuentre estable, y acompañado en todo momento por el
anestesiólogo encargado de la intervención, y si es posible por una enfermera.
• Estará continuamente vigilado
durante el traslado y si es necesario estará monitorizado.
• Una vez en la Unidad, el
anestesiólogo que ha acompañado al paciente, debe informar a la enfermera de
todo lo necesario para su vigilancia y tratamiento inmediato. Del mismo modo,
se debe dar un informe verbal al anestesiólogo encargado de la Unidad, que
recogerá:
– Antecedentes personales del
paciente: edad, enfermedades y tratamientos farmacológicos, alergias
medicamentosas, intervenciones quirúrgicas previas, discapacidades o dificultades
en la comunicación.
– Alteraciones agudas del
equilibrio ácido-básico, deshidratación, isquemia.
– Tipo de intervención realizada,
vía de abordaje, duración, presencia de drenajes y complicaciones de la
cirugía, como sangrado o isquemia prolongada.
– Tipo de anestesia y estado
preanestésico: ayuno, premedicación, problemas durante la inducción, relajante
y estado de reversión, tiempo y cantidad de opioides, balance de fluidos,
parámetros durante la anestesia, datos de laboratorio, complicaciones, empleo
de drogas vasoactivas, hemoderivados.
– Estado actual: estabilidad
hemodinámica, nivel de consciencia, constantes, estado de la vía aérea.
– Tamaño, número y localización de
las vías vasculares.
– Tipo de analgesia empleado y
tiempos de administración.